tag:blogger.com,1999:blog-24360364344801867902024-03-05T19:51:16.015+01:00DE ENTRE LAS SOMBRASa la búsqueda del cine libre y sin complejos, un cine redentor que me alumbre y me reinvente a cada plano, busco la creatividad, la pureza, la magia...mi propio refugio de gozos y quimeras.Unknownnoreply@blogger.comBlogger152125tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-51895577372611152632009-02-13T17:00:00.009+01:002009-02-13T20:08:41.854+01:00SLUMDOG MILLIONAIRE: el juego de tu vida<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5302323871402218738" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 216px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEja0NcNJOx3y0tDDXAAIJWUnwexD-XMeRhm8iVZ0O5BM9H4hLv4zB2YAOqXTdM5EkPMMkef9y01aUgRgZ7nVGm74_6S7kIl0irp6jTUALkjCypMoQxjBfMt89xMlilhyLyOAMESM9-g_gJY/s320/slumdog_millionaire.jpg" border="0" />Hasta ahora la facción más integrista de la crítica ha considerado a Danny Boyle poco más que un moderno con juguete nuevo, diestro a la hora de infundir desparpajo y vigor visual a sus relatos de derivas contemporáneas, aunque falto de ese pellizco con el que afirmarse como autor. Armado de intuición estética y narrativa, el niño parece querer dar nuevos pasos al podio estrellado. La historia del joven ganador del concurso 50x15 en versión hindú toma aires de cine pequeño, fabuloso -en el estricto sentido etimológico-, complaciente y seguro de las cartas que maneja para bañarse en elogios. Lo curioso es el empaquetado de un relato que se pespunta con elementos tan convencionales: ambiente pobre, amor adolescente, espíritu de superación, pruebas u obstáculos que salvar para arañar la felicidad o las mieles del triunfo. <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizkYKc5itMTRfec02M7syNDe5XwWrOBwFua9qeLcspVsWApMcVroVda-bKDNgPIygIVWMkzTNEM3kW3KbdDc87O4ZII4-liz7rKYpUoawjc5VKksXtQSFEFrgCvqz0zg08xFCtvIVrI9Fk/s1600-h/slumdog-millionaire-FL-01.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5302359708546768434" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizkYKc5itMTRfec02M7syNDe5XwWrOBwFua9qeLcspVsWApMcVroVda-bKDNgPIygIVWMkzTNEM3kW3KbdDc87O4ZII4-liz7rKYpUoawjc5VKksXtQSFEFrgCvqz0zg08xFCtvIVrI9Fk/s320/slumdog-millionaire-FL-01.jpg" border="0" /></a><br /><br /><div>Mediante esa paradójica conciliación de lo clásico con modos visuales que Boyle domina es como SLUMDOG MILLIONAIRE seduce, rellenos sus rincones con la materia orgánica de un cine amable, afectuoso, optimista, justamente tiznado de mirada social hacia territorios donde la épica se agranda hasta desparramarse en instantes de gran valía cinematográfica. La mirada es la occidental, la nuestra propia, hacia ese escenario y sus personajes, perfectamente acomodados a la búsqueda de la conexión con la audiencia. Coincide en cartel con la última criatura de Fincher, dato a tener en cuenta por la reivindicación que ambas hacen de la fábula como motor expresivo de los sueños y el instinto vital. Pero si el curioso (y apabullante, y melancólico, y transgresor, y memorable) caso de Benjamin Button lucía galas de ortodoxia narrativa para filtrar un cuento insólito, el director de MILLONES (2004) da un enfoque vibrante y contemporáneo a un drama tradicional, demasiado obvio en ocasiones, decididamente previsible en el último tramo. Tan previsible como la manta <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSa2K9CS1_FvqQQCIOTqKszuPmXHgH4lNb9F7lwwgv9RiLgs5iQbwnCsy1H39ObKm7ihtG5MxHLYJtn0ephS2RpJKaiabXcxTtcsMQoYRwgf3bbOF-wqpyeAR9e2vRI6EYwHtHzXZ_t4VN/s1600-h/slumdog_millionaire1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5302359841330692050" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSa2K9CS1_FvqQQCIOTqKszuPmXHgH4lNb9F7lwwgv9RiLgs5iQbwnCsy1H39ObKm7ihtG5MxHLYJtn0ephS2RpJKaiabXcxTtcsMQoYRwgf3bbOF-wqpyeAR9e2vRI6EYwHtHzXZ_t4VN/s320/slumdog_millionaire1.jpg" border="0" /></a>de premios que le está cubriendo, y que sitúa al film entre ese manojo de obras de gran calado humano tras cuya fachada deslumbrante no siempre se esconde un material sólido.</div><br /><div>Hay un componente dickensiano moviendo los hilos del relato, zarandeándolo entre el presente -el interrogatorio a raíz del sospechoso triunfo de Jamal- y las estampas del pasado, cada uno de los tramos por los que ir dando hondura al esquemático planteamiento. <strong>Boyle, brioso y tan iconoclasta como siempre, se las apaña para endosar una luminosa y naif reflexión sobre el destino y sobre las consecuencias de nuestros actos</strong>: la vida, según nos dice la experiencia televisiva del protagonista -excelente el actor Dev Patel-, es un cúmulo de momentos decisivos, esas cimas dramáticas que van imprimiendo nuestra personalidad y que un astuto guión convierte en trasfondo biográfico para entender la anécdota. Pero lo reflexivo no termina de asentarse, más bien cede espacio a un tono agridulce de lo más digestivo. Las postales de una vida asaltan al espectador en todo su colorido, el montaje alterno campa a sus anchas y <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_Wtg-jboCbMcTJozoHxfSsWqdv8VAxPTmkuk71nEfxykBPSljVs3V_rH_0t9UfBqpwOsIPbyzlDYwdGnQpkwRzAfSYpFygPCrxV_dRrB5kg2VksFmc03I74R9b_qhv3EtmYEY7ttVqomC/s1600-h/slumdog-millionaire3.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5302360049236781410" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 171px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh_Wtg-jboCbMcTJozoHxfSsWqdv8VAxPTmkuk71nEfxykBPSljVs3V_rH_0t9UfBqpwOsIPbyzlDYwdGnQpkwRzAfSYpFygPCrxV_dRrB5kg2VksFmc03I74R9b_qhv3EtmYEY7ttVqomC/s320/slumdog-millionaire3.jpg" border="0" /></a>despliega el arsenal esteticista del director. Es esta fuerza irresistible del embalaje la que aporta nuevos matices a los medulares (y típicos) ingredientes de la miseria, del camino revelador por el que afirmarse, del amor sin retóricas ni coartadas, puro y limpio. <strong>La película destaca por su juego de espacio y tiempo, también por el uso contundente del lenguaje, hábiles herramientas que Boyle dispone para que el dibujo del héroe anónimo quede impregnado de originalidad.</strong></div><br /><div>Si bien no engrosará los estantes de obras magistrales, este trayecto logra filtrar ese sentimentalismo algo ingenuo entre el combinado genérico que plantea. De la intriga salta al dibujo sociológico -el masivo interés que despierta el programa merece análisis aparte-, de ahí vira a cine de denuncia -machismo, explotación infantil-, pasa luego al romance y en él decide instalarse, incluso rotulándolo mediante un final poco sutil (musical tributo a Bollywood incluido), minado de concesiones a un público a estas alturas pletórico. Las piezas encajan, Boyle esparce sobre ellas adecuados brochazos de melaza que no llega a atorarnos, sólo nos arrastra en dos <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4dV2YOoWYQF0JnvnMn7GPWUBr6aYR2AK2nJs03SGVtQL1QFYCDMrXsEEV2t5zdNrrCylofNNtChm1Geos3NP60nWrMz0Ke9pNdxRFoVxIi13ThjhHsc5GIdEZH1YLS9Iq-zBgCwAL8RqU/s1600-h/Slumdog-Millionaire-f04.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5302360221933625858" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4dV2YOoWYQF0JnvnMn7GPWUBr6aYR2AK2nJs03SGVtQL1QFYCDMrXsEEV2t5zdNrrCylofNNtChm1Geos3NP60nWrMz0Ke9pNdxRFoVxIi13ThjhHsc5GIdEZH1YLS9Iq-zBgCwAL8RqU/s320/Slumdog-Millionaire-f04.jpg" border="0" /></a>horas de agradable entretenimiento, mensaje claro y firmeza emocional. Lo malo es que el sabor que deja en la memoria no tardará en disiparse.</div>Unknownnoreply@blogger.com14tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-63040002446669321442009-02-09T17:24:00.005+01:002009-02-09T17:31:15.515+01:00HÁBLAME DE LA LLUVIA: el discreto encanto de la burguesía<div><div><div><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnicCFUR9XiA3sCYjkv3R4Vjom7GAxxN8CbvPaHedk6O53H648HVO0NQPShFXSKznxVNv4eqDsx8fZd5teXvBR8VhoDIaqrVaLEUP2Q2GhnXzlmkdwOYxwS70cDMVX1bk8TeuOdeCMTYn8/s1600-h/HABLAME.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5300835153434358850" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 235px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnicCFUR9XiA3sCYjkv3R4Vjom7GAxxN8CbvPaHedk6O53H648HVO0NQPShFXSKznxVNv4eqDsx8fZd5teXvBR8VhoDIaqrVaLEUP2Q2GhnXzlmkdwOYxwS70cDMVX1bk8TeuOdeCMTYn8/s320/HABLAME.jpg" border="0" /></a>La carrera de Agnès Jaoui parece ensimismada en la radiografía de una cierta burguesía francesa desde el trazo concreto del grupo humano y desde la incontinencia verbal. Su cine se revela muestrario de encuentros familiares con los que vertebrar todo un arsenal reflexivo: política, madurez sentimental, colisión entre lo convencional y lo íntimo, entre las reglas sociales y los deseos personales. Y el mejor molde para hornear este "pensamiento" sobre la gente y la vida parece ser el diálogo, siempre el motor de esquemas costumbristas vestidos de ironía, tonificados de óptica amable, un punto por debajo de la negrura y el dardo envenenado de gente como Chabrol.<br /><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRM8KQnbwajUtg2_rfN8VZ2eghwjkKO42FBc7hdppwJxBvWYpwpDOigCeaMFGUO8Y_XfN6Uss-YgNYPXX-LKZrRJTyCjvaBnyTjrR18S-67NlSk9tMML0LrTtNJTZa47k-PhyphenhyphenYT7VALVjN/s1600-h/HABLAME1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5300835297344753170" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRM8KQnbwajUtg2_rfN8VZ2eghwjkKO42FBc7hdppwJxBvWYpwpDOigCeaMFGUO8Y_XfN6Uss-YgNYPXX-LKZrRJTyCjvaBnyTjrR18S-67NlSk9tMML0LrTtNJTZa47k-PhyphenhyphenYT7VALVjN/s320/HABLAME1.jpg" border="0" /></a><br />No se extralimita la autora de COMO UNA IMAGEN (2004) de su sendero habitual y vuelve a desvestir conflictos arrimada al humor inteligente, en franca huida del brochazo tosco que otra comedia nacional, por aquéllo del ombliguismo galo, propaga con insólita aceptación en taquilla. Sugiere poesía y lucidez un título como HÁBLAME DE LA LLUVIA, aunque no termine de ofrecer ambos elementos en grandes dosis. <strong>Al modo de un tapiz de encaje preciso, Jaoui se las arregla para enhebrar relaciones y cruces dialécticos hasta dar forma a todo un paisaje emocional, discreto pero también efectivo.</strong> Y lo hace disfrazando de enredo ligero lo que intenta ir más allá. Hay pretensiones de cuestionar certezas y miserias, de catalogar con sarcasmo algunos de los rasgos de la convivencia social. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5300835454098886178" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhoBZO08nKrE_vq2vQowi8bvPm_cb80E6814ZbxIsbNMPt5sdGHS5WoExGGgusSXKgX4Gww2SpG0TjeKLhCziSH79wB2re4TArwvQHeBrt8jjL8ltyFYjnib7uFzZJgxEaabTs2CQFGcc5F/s320/HABLAME2.jpg" border="0" />Comunicación entre hombres y mujeres, entre padres e hijos, sexismo en sectores clave de la vida pública, racismo, nudos afectivos con la infancia y el entorno donde un prisma personal sobre el mundo va fraguándose. Laten de fondo algunos grandes asuntos de este occidente contemporáneo muchas veces podrido de individualismo y plenitud laboral, seguidista de estereotipos a la hora pensar, de actuar y de sentir. </div><br /><div>Sin llegar al temible pantano discursivo, las escenas están bien urdidas, regadas de alusiones culturales e intelectuales<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvyuHGF3CMCBvojoGWAsmYxCsTt2Sw-PW-G_ZsOLS0-BtEQxfdu6C1T3BPzj8tatjToXQwlIDzNmkhESEtqtFU0Bg_X86KmRkl2xbCCN5AtTBnkF-7_3Ki4HIRxS9Gy3BO3YoIZWz3lwtS/s1600-h/HABLAME3.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5300835661010401154" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhvyuHGF3CMCBvojoGWAsmYxCsTt2Sw-PW-G_ZsOLS0-BtEQxfdu6C1T3BPzj8tatjToXQwlIDzNmkhESEtqtFU0Bg_X86KmRkl2xbCCN5AtTBnkF-7_3Ki4HIRxS9Gy3BO3YoIZWz3lwtS/s320/HABLAME3.bmp" border="0" /></a> que no ahogan el dibujo de este racimo de personajes, sus inquietudes adultas y una reelaboración de todo lo que tenían como seguro: el padre cuya autoridad queda debilitada, la mujer política que ve cuestionada su férrea independencia, los inmigrantes árabes en su eterna búsqueda de respeto e identidad. <strong>Algunos instantes realmente simpáticos alternan con apuntes dramáticos de escasa definición, haciendo que la propuesta, elegante y sobriamente rodada, pierda intensidad. </strong>El sólido trabajo de actores enriquece este nuevo enfoque sobre las máscaras de comportamiento dentro de una comunidad. Un agudo estudio a carboncillo que desarma el buenismo de algunas relaciones interpersonales, así como la conexión entre poderes públicos e individuos. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5300835889396790002" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhSdDObSqJMpoD-5bpFDL2Bm5wYJceqi0lFETLFunlEEKWasR2bMHTqTM4VPxP3MWm61yofKBlpaggJfNK3AUXzUjRCQ4YEqydp0zCAzeY2Pf3h9v3JtlcbTEKuASJfJV-Vx5DJi1rwY15/s320/HABLAME4.jpg" border="0" />Resulta al menos curioso el uso del recurso audiovisual con el que entretejer el material: por un motivo o por otro, acceder al interior de la persona popular para destruir prejuicios se hace no ya difícil, sino prácticamente imposible. </div></div></div></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-33190550757158862582009-02-06T20:28:00.017+01:002009-02-09T02:31:12.576+01:00LA TETA ASUSTADA: miedo, silencio y tubérculos vaginales<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCESsp1-R8v_Qp7PlWCd0o3nSZprUSVmMBuVYMjdB62eSQknUU8hwQNDyAZaBK9T4uHcg8OMXfbqQIEZokMj00c2fujmN_3rY8v6PPprCqFO8zykwVc-o6xDsFMSuG3IeLvqhmJ6qrxK5U/s1600-h/TETA"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299776226757221442" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 242px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCESsp1-R8v_Qp7PlWCd0o3nSZprUSVmMBuVYMjdB62eSQknUU8hwQNDyAZaBK9T4uHcg8OMXfbqQIEZokMj00c2fujmN_3rY8v6PPprCqFO8zykwVc-o6xDsFMSuG3IeLvqhmJ6qrxK5U/s320/TETA" border="0" /></a>Detrás de la pirotecnia y el taquillazo brota un cine tímido, facturado a lo minúsculo, que con pudor mete cabeza entre los mamotretos de temporada y, si hay fortuna, logra bañarse en elogios imprevistos. Desde Latinoamérica aterrizan títulos apreciables que arañan vidas anónimas y les otorgan voz artística. Son historias casi siempre mínimas, no tanto en el vigor de sus trazos humanos (en este sentido suelen ser grandiosas) como en la parquedad de su caligrafía. El poco sugerente título de LA TETA ASUSTADA oculta un intento por arrimarse a esa senda de cine "de verdad", apostado en un naturalismo estético en justa correspondencia con la peculiar excusa dramática que lo sustenta.<br /><div><div><br /><div>Claudia Llosa -familia de <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgz5Ep862I5BlP7f0iF5_I1z6qJfchp9SvFGI6MbiIKOX5lHyBGeYkov_ilKYRm4FFTDK3fIODmDAfybliefFW4r7zsJXPIdCMpNIjl-u2JJa6IJHAZ0Yi_5C19Ptq8KfEqc1x6_H9d2Gd2/s1600-h/imagen_la_teta_asustada_0101_2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5300497595681685618" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgz5Ep862I5BlP7f0iF5_I1z6qJfchp9SvFGI6MbiIKOX5lHyBGeYkov_ilKYRm4FFTDK3fIODmDAfybliefFW4r7zsJXPIdCMpNIjl-u2JJa6IJHAZ0Yi_5C19Ptq8KfEqc1x6_H9d2Gd2/s320/imagen_la_teta_asustada_0101_2.jpg" border="0" /></a>casta, nos dice el apellido- revisita el universo legendario de su Perú natal y ofrece ración cargada de costumbrismo, realismo mágico y mitología empaquetada a la búsqueda de ese sello de autenticidad. Consigue adentrarnos en un entorno de fábula rural ribeteada con toques de acervo cultural pero no logra escarbar en las emociones que una historia tan trágica podría suscitar. <strong>Es una película hermética, sembrada de simbólicas referencias ajenas por completo al espectador medio que por estos lares pudiese valorar el film.</strong> La estela metafórica abierta en el triste cuento de la chica enferma deja poso en los dos ángulos por los que afrontarlo: como el relato anecdótico de una joven de gesto lacónico y mirada perdida que se autoafirma frente al mundo "protegiéndose" la vagina frente al acoso masculino. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5300497795279364610" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimPKgqBmLW-CGDf29oIZ3H6erI3AMrELJqjZBc5m_eLv4oe31dYARWz2iMDpo1QEntovzlhZMzNEfMd3smbzsXVX00KIl_opGzDlg8a0GGWxoxHZP4ADyHMy5vF_68BVwL9w2D3EkcAhvK/s320/imagen_la_teta_asustada_0101_4.jpg" border="0" />O en su dimensión antropológica, valiéndose del punto de partida para asomarse al peso de las tradiciones, la memoria afectiva, la losa de un pasado de terror cayendo sobre los hombros y una cierta mirada oscurantista, de amplio raigambre popular, sobre el mundo.</div><br /><div><strong>En esa escisión entre lo ancestral y lo contemporáneo, entre lo íntimo y lo familiar, entre lo telúrico y lo espiritual, cuyos flecos de contacto son al menos cuestionados, reside el interés y también el desconcierto de esta pequeña obra.</strong> El tono lánguido, casi asfixiado, la distensión<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrbyMDc_nn7p70nBjlDmbS93qgjgb79XwrHmIjOhAf1yjTtq4-DEP8y9g6Tyz9BmqxZYcXh3KS5GOvHpPO9K5uxa-2cr0dkJ_VX_kBtFC6HQQS9MBOnaUVK1x-u5st8lvX2D0rgibdq9Kj/s1600-h/imagen_la_teta_asustada_0101_7.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5300498028413845378" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrbyMDc_nn7p70nBjlDmbS93qgjgb79XwrHmIjOhAf1yjTtq4-DEP8y9g6Tyz9BmqxZYcXh3KS5GOvHpPO9K5uxa-2cr0dkJ_VX_kBtFC6HQQS9MBOnaUVK1x-u5st8lvX2D0rgibdq9Kj/s320/imagen_la_teta_asustada_0101_7.jpg" border="0" /></a> dramática y los apuntes localistas no permiten extender las vetas de lirismo con las que la directora se empeña en minar el relato. Pudiera funcionar -a ratos- como alegoría sobre los miedos reconvertidos en muros de silencio y soledad. Tal vez transmita un melancólico apego a una sociedad que no es la de este mundo capitalista y demencial, sino otra movida por impulsos viscerales, misteriosos, tan inexplicables con palabras que sólo una cosmovisión al estilo García Márquez podría acercar su supuesto hechizo. Pero el conjunto se antoja insuficiente. Los recodos de una narrativa desnuda y sin alardes no logran reavivarlo, hacerlo estimulante y luminoso, palpable, cercano.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5300498380653529666" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqUXe62uZONxeirD2F5LUSWfPIZ7wq8apNwIVCfSx4q4Aqf_6ji2R4zjPahTcb5m0Whz53-SXWGPM8svCBQ8ahgls_oPCVps8G0QbsOpE_Znh4oIqzJ0eHTDw-vugH_EAs5jopg0yDyRMw/s320/imagen_la_teta_asustada_0101_5.jpg" border="0" /></div></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-41014264102065363942009-02-06T20:06:00.010+01:002009-02-06T20:23:06.602+01:00LA BODA DE RACHEL: la familia mata<div><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299763010092911474" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 216px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMWGZw_C4zBul6m7jesT1KvekpMaHfMMV6AUt0gu6oN2cnjX4-aF00_9S2m3J72e7H3-ncg8L0gpHHJA4EX4BDCcb_CWENGnXwOQ5aBoUSTQrRl6BWmjs2pdC9ztzgKmqLGpFQ7tVvr8Y6/s320/BODA.jpg" border="0" />El nido de afectos y rencores familiares ha nutrido grandes obras cinematográficas, algunas cargadas de una lucidez indiscutible. Desde visiones irónicas de los reencuentros hasta el dibujo de improvisados campos de batalla montados entre cuatro paredes, <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi0qDhz87jCNaJyrVy45WbCW8-RDxjKtqBaK2KZafqpuKcOi5jPCUVVrnB6HTKc3W1HA_VzbgNfgPS9eMNwGKEvZ5ivyma4QzwADj9KutbkHKdmNK9LqdUxKRG2p3dsxPDS1DjBfYUjr1Bl/s1600-h/BODA.jpg"></a>airear suciedades siempre da juego. Pueden servir dichos careos para enunciar verdades templarias sobre una institución lejos del arquetipo modélico difundido por el cine norteamericano en casi toda su historia. Si el talento acompaña, hacer diagnóstico de traumas varios como impulsores de un seísmo anunciado resulta hasta estimulante. Pero Jonathan Demme, de carrera algo desnortada tras aquel espejismo que silenció algo más que a los corderos, no logra enriquecer la nómina de grandes cirujanos de tensiones domésticas -tampoco Noah Baumbach con la reciente y prescindible MARGOT Y LA BODA (2008)-. <strong>El prisma con el que derribar máscaras de placidez adopta formas de un drama afilado, aunque también previsible dentro de la ciénaga que pretende explorar. </strong><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299765021422345874" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwxVg3UEQU_oBoauKVuk_hs_yR3J3eIeJ_m4dAsnmoe2_l8-P6sxOzCd2dN_yB7qETG2eLzoc2VTgZJrXB3CfRdvoAEbu7QOVhQjyP8Qz71740yInZjOR-t4_0jFz59hTyEmJiiDahWEbE/s320/ANNE.jpg" border="0" />Vértices del conflicto son dos hermanas, la casadera del título y la pequeña de la familia, en libertad condicional de un centro para toxicómanos. Huelga decir que los cruces dialécticos entre ellas y el resto del clan encauzan el análisis de esos pilares corroídos por los secretos, la sombra turbia de un pasado doloroso marcando los días. Anne Hathaway -mejor que nunca, que tampoco es decir mucho- se reinserta a la vida por el camino erróneo. Da a parar nada menos que a una madriguera de cinismo y pólvora verbal, a un banquete de farsa y libre pensamiento que la volverá a situar en el alambre y le hará cuestionar los resortes de una felicidad postiza. Nada nuevo bajo el techo de un relato que se adorna con lo propio: diálogos crispados, canapés de reflexiones, y mucho de amor interracial, de segundas oportunidades, de supuesta catarsis a <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiczkCfe5aO8RHW4ajT55cVSdn2Zi4v9pcUjZy_s29UKliEVvVhfn6wryJOFYo9GO8rjqf3zCMLIOUc1DzU3JRa9xBh_8QcF8t71_alfh3HcMAK857zCWSdFujem8vjyYcBJ4vXhBpwy8us/s1600-h/ANNE4.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299765172958623954" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiczkCfe5aO8RHW4ajT55cVSdn2Zi4v9pcUjZy_s29UKliEVvVhfn6wryJOFYo9GO8rjqf3zCMLIOUc1DzU3JRa9xBh_8QcF8t71_alfh3HcMAK857zCWSdFujem8vjyYcBJ4vXhBpwy8us/s320/ANNE4.jpg" border="0" /></a>base de despellejarse unos a otros.<br /><br /><div><div><div><div>Demme se deja seducir por la atmósfera interiorista de Bergman, incluso la de un Allen verborreico y neurótico: tarea estéril. <strong>La apuesta se pierde en el artificio estético, claramente inspirado en las reglas del aquel dogma europeo que no tardó en diluirse tan bruscamente como surgió.</strong> La rígida obediencia al modo de rodar propia de von Trier, Vinterberg y pocas celebridades más busca hacer visible las tensiones íntimas de los personajes, la ebullición emocional, la sarta de reproches airados, de secretos soterrados bajo la estampa teatral del enlace. El uso del efecto se convierte en abuso, y acaba revelándose pretencioso, a ratos tedioso, en otros tramos innecesario si atendemos a un esquema de disfunciones acomodado en la ortodoxia. Ciertos genios de la disección lo hubieran moldeado a chorros de ácido sulfúrico. Lo natural discurriría ante nosotros por la fuerza misma del guión, no como fruto de ombliguistas acrobacias visuales.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299766837973088946" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 227px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBnlFSCwD0nvZcGcKhMxIoIbbSkvg4yGwgXuZgTAK01pkw8gsPf-vEg_AIaX3_ujiATCG4XVM_IQQM53CEFzpjAKaDrLezHKJJ-tGtvrJm_bYid-cd9U6yY_j0_KnUoY4jLpcwhFXAoV6O/s320/ANNE2.jpg" border="0" /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299765381516142306" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjo8nEztmEhirpGQ9gu9-36eGcD5scCkD66YfK5qf_N1Tago-YKwehBDRn4m3332L-2l8rgzFcBU88lBxll3yOGgLNhJINQehk9o3ncfiQ2Eye6IXlDzIAiJ5Ma38b3z194NRA9AEsBnr76/s320/ANNE3.jpg" border="0" /></div></div></div></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-36155496461943024752009-02-06T16:33:00.011+01:002009-02-06T17:40:54.672+01:00R.A.F. FACCIÓN DEL EJÉRCITO ROJO: de revoluciones, utopías y mundos soñados<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299711879765462722" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg9AYV6_FMz3-e8b64k4YXYfSdLFqdEg33ZNZCNjTMezRi5AuUrPgGUPaxRrvs3uhpAWVkiPhDLOUrvLmovIizcrThqOUTFuJCK15bLooDlthaMh_WFp13h7QBTj7A37LWugkLcvHrDDRWb/s320/RAF.jpg" border="0" />La cuota anual de cine alemán en línea de salida hacia el orbe estrellado de Hollywood lleva el color de la revolución, un rojo sangre esparcido en un relato de viejas luchas que, hoy en día, puedan sonar hasta marcianas. Resulta cuando menos paradójico que un film combativo, decididamente escorado como éste opte al galardón más simbólico de esa misma maquinaria capitalista que denuncia su enérgico guión. El último trabajo de Uli Edel se adhiere a un cine europeo voluntarioso, intenso rozando lo abigarrado en su despliegue de grandes causas, de errores y triunfos con los que iluminar partes de nuestro presente muchas veces desatendidas.<br /><br /><div>Surge entonces la alternativa de acoger estas obras de autor en su doble valía: como <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQ9k-bFwKrTeHRAyUbDQdsYGsdXYUPLRMVRzCo13qHHJeDOqMSTgrY6Cb5LgSxlwHxfj_MH-z0s2Qmi54oUD3t13HkEf2WVHu0Iircy6lAjl1HB_xz4Oekc_TbgBP0K_0OmSjL5xYO2pdT/s1600-h/RAF1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299716049733859730" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 180px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiQ9k-bFwKrTeHRAyUbDQdsYGsdXYUPLRMVRzCo13qHHJeDOqMSTgrY6Cb5LgSxlwHxfj_MH-z0s2Qmi54oUD3t13HkEf2WVHu0Iircy6lAjl1HB_xz4Oekc_TbgBP0K_0OmSjL5xYO2pdT/s320/RAF1.jpg" border="0" /></a>demostración de un discurso, de un ideario formulado y sostenido en pilares dramáticos de mayor o menor firmeza. O bien en su aporte estrictamente artístico. Cabe apreciar en este sentido la gramática férrea que suele articular la tesis, el paradigma de la narrativa clásica sin mácula: el puro placer de contar la Historia, de repensarla, de activar inéditos focos de luz y construir engranajes tan sólidos como necesarios. Hay momentos en R.A.F. FACCIÓN DEL EJÉRCITO ROJO que recuerdan al Spielberg de MUNICH (2005), aunque sólo sea en el marco físico de aquellas Olimpiadas sangrientas, uno de los sinuosos tramos por los que discurrieron las revueltas antifascistas del grupo. No entraremos en el juego de semejanzas o divergencias, tan sólo sirve apuntar su idéntico instinto por escarbar en la herida, tozudamente<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKWC8UDlt3Y2cDkN6KgyWE9e5hWlRq2Q7meKGy_QSsIWZK0oYLiKeNkEhD8sND9fz_XGBCx7szpA3-xzjzAcHcaAnOpAEp1n7tGjGm17Pi9kaF-W1avR3tgFAT2FMIzZ7A1vWLRDJurxRQ/s1600-h/RAF4.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299716273416822482" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 212px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjKWC8UDlt3Y2cDkN6KgyWE9e5hWlRq2Q7meKGy_QSsIWZK0oYLiKeNkEhD8sND9fz_XGBCx7szpA3-xzjzAcHcaAnOpAEp1n7tGjGm17Pi9kaF-W1avR3tgFAT2FMIzZ7A1vWLRDJurxRQ/s320/RAF4.jpg" border="0" /></a> asumida la idea de un pasado que reclama atención, que se obceca en no abandonar su hueco en la memoria e insiste en que el cine -uno creativo, no podrido de concesiones- le rinda justicia. Si el Midas de la gran factoría yanqui pudo reiventarse como artista, fue sin duda tras rodar su crónica vengativa de un pueblo humillado, su mejor y más europea -por la cocción de su ritmo, por la mecánica intrigante, por aroma- creación. </div><br /><div>Edel desgrana tiempos y escenarios turbulentos y equipa su película con el arsenal de un cine político, politizado y militante. Juega con nosotros a hacer thriller, se vale de sus reglas ortográficas para enhebrar un mosaico de acciones y reacciones que exige la continua atención del espectador, su estricta y -mucho pedir- emocional implicación. Pero Edel, a diferencia de Spielberg, hace agotador el torrente<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqQvLvKUC2pfj7at31z9WGbfgkPimmdNdrvR5Rn4BVB9XpKiRbJs4Q0jdBD_X5BGfOhrynH12CuTv5pCzBM2EfBYqIAhf3xyV1MRP0qCaftZWpUWQJYS_MEBz3ijermgCdxppZQclNAZwR/s1600-h/RAF3.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299716452495654514" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqQvLvKUC2pfj7at31z9WGbfgkPimmdNdrvR5Rn4BVB9XpKiRbJs4Q0jdBD_X5BGfOhrynH12CuTv5pCzBM2EfBYqIAhf3xyV1MRP0qCaftZWpUWQJYS_MEBz3ijermgCdxppZQclNAZwR/s320/RAF3.jpg" border="0" /></a> informativo e impide en su fría, puntillosa, casi atropellada cronología de la rebelión izquierdista que esa empatía llegue a producirse. <strong>Un film el suyo que se honra al describir todo un proceso de fervor social, pero que también queda irremediablemente tiznado del betún discursivo que podría preverse.</strong> </div><br /><div>Lo cierto es que suelen buscar los últimos estudiosos de ese desencanto generacional resortes con que pulsar la reflexión, invitar al espacio valorativo sobre el material narrado no sin talento. Pero <strong>apenas se descubren aquí recodos para oxigenar el cerebro, para absorber y procesar el oleaje de datos, el diseño metódico de un idealismo, la épica de un rebaño descarrilado, si se quiere figuras de un heroismo desfasado, fascinante también.</strong> La película es densa y rotunda, más eficaz en una primera parte de presentaciones y equipaje psicológico,<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMm2Osvq-8rLA7RmMV7Cksv8OjHxC75Tmbu1oqdQWBUwvzMdbWNgJlNtl-l5pRdZGRDLg3o858GBBMv92yZ_tKS7cjLnn0hIAmIgT5e5o49_EdWEZp4DoROjVfelIasV_Rf190JpDdhe0s/s1600-h/RAF5.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299716637298747378" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 180px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgMm2Osvq-8rLA7RmMV7Cksv8OjHxC75Tmbu1oqdQWBUwvzMdbWNgJlNtl-l5pRdZGRDLg3o858GBBMv92yZ_tKS7cjLnn0hIAmIgT5e5o49_EdWEZp4DoROjVfelIasV_Rf190JpDdhe0s/s320/RAF5.bmp" border="0" /></a> no tanto cuando se pierde la pista de los cabecillas de la revulsión, cuando la nueva hornada toma las calles, las armas, el espíritu incendiario. Ese perpetuo cénit dramático lastra una obra meritoria, siempre interesante en tanto espejo de antiguas batallas que asfaltaron huidas posteriores al territorio de una apatía moral, a una era de adocenamiento incapaz de parir tricheras, por muchas motivaciones que preñen el día a día de este occidente difuso. </div><br /><div>Quedaría, bajo el manto vehemente y el gesto irritado, una muestra de sobriedad en los modos marcadamente germana. Un cine, y Edel da buena cuenta con vigor y sin baches, que llama al desconcierto: las pretensiones de escaldar conciencias se cubren con precintos de un hermético, al final fatigoso diagrama visual.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh8bFY45VhKPwnHl4DrIfbZv37qyjt8w9dqfdTSnPxFeWDu_00Pjigkdj0NqQj1sRhjiOPOaeTOF8z_3ATeZd6PFk71d2clUeHCKgqbZTMs2P9ROuxtksE5jdbnAKfhSMdP96W6NIgLKsx4/s1600-h/RAF2.jpg"></a> El calor del contenido no encuentra acomodo en un continente a tramos bastante gélido.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5299717278295676530" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 223px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsU8tPY9iFMpF1BtUP0r7Y14RZNzB0GHmVXp7cJ8whIqwbM64A6jy_Kj8bl3OHA_7kFahgZc_iU1a_JhDtVRED0zdfLo9UsmwANpeKIxaqNmsyDhcVyjBCbZEFtl3vfzzdD0OXF7bt9w6t/s320/RAF2.jpg" border="0" /></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-65390450674877352432009-02-03T16:51:00.015+01:002009-02-03T23:24:24.904+01:00DIETA MEDITERRÁNEA: trío entre fogones<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL2hRtRZdssMI7zqeCDEU34uKvI-PLPfbv8EgCZXLlK_PgB6kdCA2tqTtLiDCBeDW-cELLuncCTXyfvwTN5vmhWtM1m12TdCbAMR5E_ADAINzchz9-VJSeXAXygmeraf8WX3wsXPwK15s6/s1600-h/DIETA"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5298609057304975826" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 222px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgL2hRtRZdssMI7zqeCDEU34uKvI-PLPfbv8EgCZXLlK_PgB6kdCA2tqTtLiDCBeDW-cELLuncCTXyfvwTN5vmhWtM1m12TdCbAMR5E_ADAINzchz9-VJSeXAXygmeraf8WX3wsXPwK15s6/s320/DIETA" border="0" /></a>Según Joaquín Oristrell, corren buenos tiempos para el arte culinario <em>made in Spain</em>, lo que permite adivinar una suculenta carta de ofertas cinematográficas de aquí en adelante. Parece ser la comedia un medio versátil para abordar las más díscolas tramas entre fogones y especias, tal vez por su descarada falta de pretensiones. Aunque llegue a exprimirse el manojo de tópicos de claros visos patrios -el último hervor fue la histriónica FUERA DE CARTA (Nacho García Velilla, 2008)-, surten mayor efecto de cara a la taquilla los mecanismos del vodevil fresco, ágil, adaptable a los nuevos bríos en un oficio <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5298635857805165186" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIUoDQiqdzUDEo_gOczgrKqwARQb_vPE1B-8UNNLC2jteVn10IIlgyNE9zs3TyiW7lTWBSH-NafDL7sjGwQPU9FyIJ_8ZQdNDyE460rP8oDSZmd4TjCrJ9_5DALywaJ6zVo7YF4aYzp8ko/s320/dieta1" border="0" />elevado al rango creativo por sus más emblemáticos figurines -algunos tan mediáticos que llevan lustros animando los mediodías televisivos-.<br /><br />Si se empieza a exportar tanto nivel es lógico que guionistas y directores lo usen como fondo jugoso de enredos muy nuestros, y Oristrell, doctorado en asuntos del humor, inyecta la nueva dosis de género pegado a las brasas que mejor doran el plato: ritmo, picaresca y buenos actores. <strong>Lo que cuece bajo su última pieza no es más que la clásica búsqueda de la felicidad, ahora con aderezo gastronómico y un peculiar acople sentimental a tres bandas. </strong>Será que los tiempos cambian, los ajustes legales regulan modos del amor antes impensables y no chirría la simbólica fusión de sabores, los del paladar y otros menos confesables.<br /><p><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLbCAU3cNkRL239u38ZOLLQWL7jduh0Ph-lJ0yPm6uLJz99ARqBtXlGkBq2QYyN6RHw14Xtm6Nv5h1g_HEGHsA7BtJPPosxEUEaBDn9MlpsDotBS5mtjyEQSvpWSUehjs4BgqKK77jtT1s/s1600-h/dieta2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5298656410227355778" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 194px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLbCAU3cNkRL239u38ZOLLQWL7jduh0Ph-lJ0yPm6uLJz99ARqBtXlGkBq2QYyN6RHw14Xtm6Nv5h1g_HEGHsA7BtJPPosxEUEaBDn9MlpsDotBS5mtjyEQSvpWSUehjs4BgqKK77jtT1s/s320/dieta2.jpg" border="0" /></a>Sirve el guión su ración de humor mezclado con el caos amoroso y casi siempre funciona. Las bisagras de comicidad por las que recorrer la madurez -creativa, afectiva, familiar- de la protagonista no alcanzan la cuota de esperpento zafio que podría preverse, bien de cubre Oristrell las espaldas con el oficio que lleva a cuestas. No debe olvidarse que integra el director uno de los equipos de asalto a terrenos de farsa y exabrupto más rentables del <em>show business</em> nacional (Gómez Pereira al frente), y es en términos de escritura donde encuentra la película sus mejores cimas. <strong>La gracieta del trío está bien acomodada, los diálogos aliñados, no se percibe salida de tono, todo es amable y digestivo, sin provocar acidez gástrica ni atascos en el esófago. </strong>Habla su película del amor y la cocina, del sexo y la cocina, del deseo, de la familia y sus nuevos códigos de estar en el mundo.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5298656708257602402" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 217px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFMlq4-5y7_lD7QmsD2iVCY35gZbSMhV9tzZuXXSMjEAU5x1cwRJ9mMsgR32gHA3331Eds-JDgaMbV9rn4nKG4XMcJor6-0UM96lH9m5M3u4OSMIpMYbHtM6sFFrCqhb7msjpXyVhwIv3h/s320/dieta3" border="0" />Y quiere abordar la propia identidad creativa de la mujer en un entorno tradicionalmente masculino, al menos en lo profesional, ya se sabe que no tanto en la intimidad de los peroles caseros. </p><p>Una apetitosa aunque no exquisita carta de gusto popular que prefiere escudarse en los resortes agridulces para trazar su enredo, sin molestar, recubriendo del justo almíbar un menú simpático, políticamente correcto, que no llega a transgredir ni por su ingenuo <em>ménage à trois</em>. Oristrell dirige a sus actores (deliciosa Olivia Molina) desnudo de brillos, roza incluso lo acartonado en un prólogo virado a sepia al estilo <em>Cuéntame</em>. Pero no es el suyo un cine de autor de trazos memorables, sino una muestra hábil, ingeniosa, desacomplejada, de cómo relatar los ingredientes que nutren los guisos sentimentales de última generación.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5298656927906204866" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 219px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhXag1dtXvisHff9WQ-tQQGj6SRghlWYui4RC5aYF47l-W37SwI3e9wdA6Mn7aXH-ToR6knDU02AZTf5MJgxBGYg5wDwPW0EFUEv0YURoNU5z2Ogje4wQID3wjZdvFdcec1MxBCkjL_RIId/s320/dieta4" border="0" /></p>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-68078872640857282992009-02-02T20:27:00.010+01:002009-02-02T22:35:27.119+01:00VALKIRIA: mirando hacia atrás sin ira<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPayt29CESxCYc1YjEN2PQV5ysl87w2r4N6_04DOMHLFK9KzcrkHe2IMziWlyj0Q4vNab1y5XRyNsag7ZHNRfgUdy-lSfZhRdY3Qsw7FBsvJlruSS7JDxLza-n2JIMMKwXgxEwnt3I7yOg/s1600-h/Valkyrie-Poster.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5298284065137292018" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 205px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjPayt29CESxCYc1YjEN2PQV5ysl87w2r4N6_04DOMHLFK9KzcrkHe2IMziWlyj0Q4vNab1y5XRyNsag7ZHNRfgUdy-lSfZhRdY3Qsw7FBsvJlruSS7JDxLza-n2JIMMKwXgxEwnt3I7yOg/s320/Valkyrie-Poster.jpg" border="0" /></a>Una buena cosecha de temporada admite variaciones en un mismo género a fin de ganarse parroquia y cifras golosas. El que escarba en los horrores del nazismo vuelve a relucir, como vienen demostrando los últimos y simultáneos pellizcos a la cartelera del 2009. VALKIRIA no es cine de condena moral a un período siniestro del orden mundial. No se pertrecha de ánimo documental ni hurga en las heridas para revelar los motores de la mayor infamia del siglo (el pasado, éste ya cuenta otras). Ni se barrunta el hocico de un cine histórico en su sentido revisionista del pasado, lo que casi siempre equivale a hacer balance triste del perfil menos honroso del ser humano. Tampoco se advierte un mínimo aliento<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaex_71qXiVNRfyntoZhr3jdKsbhHV14irtCkQ1d9CJ-xNt4BXO0QsiWOw0ZXOstN8VGGV2IFnVsFsyeTZQFxKYYeelZ8cTNF2opwRHzKeM0UkOv3DF4gKecO1GG9KwXYjioZtFkgKHirF/s1600-h/valkiria.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5298284349420783826" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 213px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhaex_71qXiVNRfyntoZhr3jdKsbhHV14irtCkQ1d9CJ-xNt4BXO0QsiWOw0ZXOstN8VGGV2IFnVsFsyeTZQFxKYYeelZ8cTNF2opwRHzKeM0UkOv3DF4gKecO1GG9KwXYjioZtFkgKHirF/s320/valkiria.jpg" border="0" /></a> lírico en el dibujo de la ignominia, en el cincelado artístico de asuntos con fila reservada en la memoria.<br /><br /><div>Porque lo nuevo de Bryan Singer no engaña a base de argucias para vestirse de falsa gravedad. VALKIRIA ofrece a cada momento lo que está dispuesta a dar, espectáculo mayestático, contundente, tan rocoso como inútil. Entiendo por utilidad el impulso por humanizar arquetipos, por cimentar la historieta de mártires de causas nobles con auténtica nobleza. Este regreso al entorno hitleriano -hechos reales, apunta el marketing- se revela ejemplo mecánico, impersonal, pura rutina de lo que un gran estudio entiende por cine comercial. Singer se escuda en un personaje que pudo cambiar el rumbo del mundo liquidando al mayor lunático que ha sujetado sus riendas. Ahí termina el peregrino interés que despierta su nueva pieza de alto horno industrial. Es lamentable comprobar cómo ni la más verosímil conjetura es aprovechada por el firmante de SOSPECHOSOS HABITUALES (1995) <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5298284500079440194" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYGGnjDVzecWWRmF7p2CpzEb6qjOy3PUDIirRQkmvmILmdFYNNRjauubMMw-YiYvIWcNKYJ3rWpfTF9UoSOkpD9dL8aII7Y23POkrFTMfZefIzOVVkcJyqDdzDZpUQVmvMLZiVTvcOmm1K/s320/valkiria4.jpg" border="0" />para edificar una obra descontaminada de instintos taquilleros, a la vista de sus últimos <em>blockbusters</em> megaestelares. </div><div><br />Desechada la vocación reflexiva, poco puede arañarse en un conjunto firme pero carente de alma, seguro en un despliegue de medios que no logra seducir. Singer conduce con brío sobre un adoquinado narrativo sin fisuras, pero también sin matices jugosos: no da tiempo ni se pretende ahondar en personajes. Cuentan, como mandan los cánones del cine de acción, el gancho del relato, el diseño de la intriga, la estudiada rotundidad de las secuencias. Y el rostro de un Tom Cruise tan falto de matices como casi siempre, posiblemente el actor menos dotado de su generación y el que más garantías de éxito ofrece a los productores.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiGF8la-BgReBaYtMR2lQiWUAB4-pvxDPvPxx2xj64gL-NyOjcQgr3spl0VcjJ-U0ffv8yuGsXlOiotfWi6ikdxmqEiSsy-g1a2UN-VJDlXxz_GF2TzBa54Cj84cgeTS8yGcJlzQUde-fr/s1600-h/valkiria2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5298284681262786274" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 304px; CURSOR: hand; HEIGHT: 200px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjiGF8la-BgReBaYtMR2lQiWUAB4-pvxDPvPxx2xj64gL-NyOjcQgr3spl0VcjJ-U0ffv8yuGsXlOiotfWi6ikdxmqEiSsy-g1a2UN-VJDlXxz_GF2TzBa54Cj84cgeTS8yGcJlzQUde-fr/s320/valkiria2.jpg" border="0" /></a> <strong>Todos los elementos quedan ensamblados al milímetro para hacer funcionar la maquinaria de confabulaciones llena de grandes nombres, de despachos cocinando decisiones, de fechas y figuras esenciales para navegar por la trama hasta un final previsible aunque eficaz.</strong> La película servirá para estimular la voracidad palomitera del público más tolerante, ése que no se cuestiona si lo que está consumiendo aporta nuevos ángulos artísticos o queda adocenado a base de fórmulas, esquemas y demás corpiños. El sector cinéfilo de la platea recordará con nostalgia las sobrias piezas con que el cine europeo nos suele obsequiar -EL HUNDIMIENTO (Oliver Hirschbiegel, 2004), EL LIBRO NEGRO (Paul Verhoeven, 2005), LA VIDA DE LOS OTROS (Florian Henckel-Donnersmarck, 2006)-, tal vez menos hinchadas de presupuestos, pero claramente superiores como mordiscos a un tiempo de derrota moral que aún sigue levantando ampollas.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5298284824386035042" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiM5sCH8EytrYx6b0wnzsdDQwYUOZdNdNx1NPLfkfPvwK1tIfcm5_xkx3krVkp8bQpffnL18PvfgZ8sWqE2jXuQBlAbWT53hPr-v-0IT6WXdEKAUrcEj5JViX4wnyQUNnTYrnPSKOEUYH3f/s320/valkiria3.jpg" border="0" /></div>Unknownnoreply@blogger.com4tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-65748763009049879252009-01-29T17:14:00.017+01:002009-01-30T18:30:58.916+01:00LA DUDA: mucha culpa y poco cine<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5297138970900734194" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 218px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-dlly_uPNrjeXmK2LIhwVGmBvZV6QOTQgR8DbcaWJJiqrFiNS3YXSsPL4AiVXDN_k6rYlNjSGUYqlFVqyAHwYaPcv7u1WGLGTcOBXzVn9EwSelbm4Fmxlv92fb2m8KKvF9AD081ZFjDlx/s320/DUDA.jpg" border="0" />Las imágenes del documental LÍBRANOS DEL MAL (Amy Berg, 2006) nos descubrían uno de los más sangrantes casos de pederastia ocultados por la cúpula de la iglesia católica. El padre O´Grady, todo sinceridad, confesaba a cámara los siniestros impulsos que le condujeron al destierro -tardío, eso sí- de sus labores pastorales tras engordar un penoso historial de infancias mutiladas. Había poca carnaza sensacionalista y mucho de análisis agudo de la mezquindad humana, tal vez más reveladora al gozar del amparo de las altas instancias eclesiásticas. LA DUDA viene a ficcionar esa realidad grotesca, desgraciadamente presente en el seno de sociedades que se quieren cuna de progreso y civilización. Si bien no dejará poso como obra cinematográfica, es de suponer que alentará el debate en torno a los endebles pilares de moralidad que sustentan la presencia de la iglesia en la vida pública.<br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5297139210632746258" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEibvdlOJurGd8yPyGeZQtVBOOpLw4koHPyr_R3057QRsxQh1C5c571czXq5F3SeahwYaoL5ssoS_TIQE0vIJ-um-d2UmnB9BPUeomWHF0dIitsz6RuSuQ9eFOKiV08afwx5B9WD-kLFLQmK/s320/DUDA1.jpg" border="0" /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5297139095036235922" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 207px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwC17b59-qM5rDmBD7eltr_j718ukOGCPjNIDlXZ8EL6gQHhp78myrraZgBqHP3w1Knh2yr8H0EqX0aWhxiu4vP3qKHWsDeJZT0yJu9n-P2jvRt7rn1K0Xum_J96NZKT3MjAAery1aJWMG/s320/DUDA3.jpg" border="0" />Pero el cine es, debe ser algo más que un adoquinado reflexivo sobre el que desplegar argumentos espinosos de consumo asegurado. Se adivina el fondo turbador del dibujo de O´Grady también en el film de John Patrick Shanley, quien adapta su propia pieza teatral apoyado en dos criaturas leoninas llamadas Meryl Streep y Philip Seymour Hoffman. La diferencia de bulto -hay otras menos visibles- está en los modos que éste elige para escenificar la culpa, motor de un relato cuyo esqueleto no encuentra acomodo visual a su altura. Enunciar hechos condenables desde posturas objetivas revela una valentía siempre útil para airearlos y, llegado el caso, exigir responsabilidades, honrar a las víctimas, cuestionar los márgenes éticos y legales tras los que acorazarse. Otra cosa es la<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiN0ePCQQhrAtRetUrS-_h8blVQWkDLrrabxuCLCw28BIS9nmoLtyxjuQcFHlluzIa-KRvEYKqp2K6PE8exNtr9MrUV5tPgd239xyQ7VkQgUuQXRoBcR_w0om5zjraY3KJbHiHoGTraRl9C/s1600-h/DUDA2.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5297139517175521970" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 242px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiN0ePCQQhrAtRetUrS-_h8blVQWkDLrrabxuCLCw28BIS9nmoLtyxjuQcFHlluzIa-KRvEYKqp2K6PE8exNtr9MrUV5tPgd239xyQ7VkQgUuQXRoBcR_w0om5zjraY3KJbHiHoGTraRl9C/s320/DUDA2.bmp" border="0" /></a> habilidad artística con la que hacer discurrir el material, próximo a lo escandaloso, pegado a ese límite borroso entre la crítica y el morbo.<br /><br /><strong>El director apuesta por la mesura y la contención, y centra en los diálogos -con toda su simbología, su oratoria moralizante, sus retazos irónicos- el tibio repaso al rígido conservadurismo norteamericano de los 50.</strong> Ambas decisiones, las de fondo y las relativas al embalaje, logran aprisionar el resultado y lo convierten en un ejercicio de teatro filmado, apático, deslucido, tan sobrio y aséptico que la mediocridad termina por invadirlo. Hoffman y Streep alzan cuellos y enfrentan hábitos y verborrea, secundados por una espléndida Amy Adams. Desvela el trío no sólo la mecánica estructura dramática, hecha de sucesivos vis a vis que tal vez fueran más eficaces sobre las tablas. También sirve su talento para colar en taquilla <strong>un producto de rango televisivo, incapaz de transmitir el mínimo escalofrío que podría adivinarse vistas las intenciones y el juego cómplice de las estrellas implicadas.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVH1iipqFmQ-g5Cc3jCB0f41GArt4_H_7t_C1ss_NOlzae_dO5cCjG7UevXV4N5gTZ3IQQcjlAz7Lret7vto0js5lYcavotc3ECBCnpqNHG0uBrFB0rbu538P2DTPfYdsnqnPNTFPe18QJ/s1600-h/doubt_l.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5297139700242167106" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVH1iipqFmQ-g5Cc3jCB0f41GArt4_H_7t_C1ss_NOlzae_dO5cCjG7UevXV4N5gTZ3IQQcjlAz7Lret7vto0js5lYcavotc3ECBCnpqNHG0uBrFB0rbu538P2DTPfYdsnqnPNTFPe18QJ/s320/doubt_l.jpg" border="0" /></a></strong> Son ellas las que, con vaselina, esquivando hurgar en lo escabroso, salvan del peor de los naufragios al último -no muy memorable- acicate para las conciencias. Las que visten de sotana y en sacristía sus bajezas dignas de confesión.Unknownnoreply@blogger.com5tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-49102081027017072912009-01-28T21:21:00.011+01:002009-01-28T22:20:53.684+01:00THE READER: lectura y expiación<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296444752706910210" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 216px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjnr3HTMfG2rENtR2tOZlnLl1Epz0NUjMEw9xDLiT5Wd9LR-PzE-gD7-tRZOTFNjPFJUB3-Nz5qpKtNwiR3d5M5MHavObWdmNRnwVWSZdvydnlGBJefL8Ef-ovk_l8Ij29h6lMhsnni6UXJ/s320/thereader_galleryposter.jpeg" border="0" />Las imágenes con las que Stephen Daldry moldea su nueva obra destilan mirada clásica, de la que algún espabilado tildaría de preciosista. No se alejaría de la razón si dicho mimo en las formas se atascara en ejercicios de onanismo creativo, ajeno al cincel psicológico como sustento de la narración. Lo que elegantemente transcurre ante nuestra ánimo atento deriva hacia ámbitos de emoción desnuda, frágil por saberse atrapada en la urdimbre sentimental de un texto sobrio y sin estridencias. Se adivina el material literario en una recia cabalgada entre dos tiempos históricos, pasado y presente modulados con una historia de amor fuera del arquetipo que cierta maquinaria comercial propaga. Es ese mismo empeño en confeccionar un cine de prestigio el que latía bajo la engañosa placidez de LAS HORAS (2002), <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnNO1ecOUEKoSMCb9dNf8PXMQauzvby8grnMKAN-pdh2os0BSCZ1ZA3ytKnJ9ycVDjpZO_fU9o70ks9Hl__oT2rCyw-k_zuZ4iSkagitx5hc0HaAwLBi-5Ynfd7jsLwSt83GOQ11CgtIkX/s1600-h/reader6.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296453852934715458" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 235px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnNO1ecOUEKoSMCb9dNf8PXMQauzvby8grnMKAN-pdh2os0BSCZ1ZA3ytKnJ9ycVDjpZO_fU9o70ks9Hl__oT2rCyw-k_zuZ4iSkagitx5hc0HaAwLBi-5Ynfd7jsLwSt83GOQ11CgtIkX/s320/reader6.jpg" border="0" /></a>despliegue de sutileza a la hora de imbricar la creación literaria y la realidad como universos en mutua dependencia. La muerte se filtraba a golpes de lirismo y una factura visual exquisita, en perfecta sintonía con el complejo perfil de la soledad que se trazaba.<br /><br /><div><div>Ningún momento de esta película hermosa y doliente queda dañado por el artificio o el hueco festival sensiblero. Daldry conduce con vigor por proceloso terreno de afectos donde el aroma literario vuelve a remover las entrañas de un relato de infamias pasadas. El rostro y el acento germano de Kate Winslet -prodigio de actriz- guían el camino hacia un final catártico que permite cerrar heridas y dar cabida a alguna suerte de redención, también a nuestra comunión con un material de rara nobleza. La historia amorosa novelada por Bernhard Schlink se articula desde el equilibrio entre la fisicidad de los encuentros y la reflexión ética que despiertan los fantasmas del nazismo, uno de sus múltiples rostros. <strong>En ese trayecto de saltos de un escenario a otro se van abriendo las rendijas necesarias para respirar las emociones comprimidas, pura acrobacia en el fino alambre de la tragedia sin que el pie llegue a deslizarse.</strong></div><br /><div>THE READER sorprende, calienta los huecos <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3Mn6cmj1SRuUsFml2I9tiDLTjg4IMI_2wg5AqhYonDuPHt_eod-McGUwxF_NfE4yXbxF5yEd1tnb1ccv1ISVH5N4XP8FKYVFcQhj-Vl1NCKQb5fsQc128FDH6oaHn035irx4K_Cd9e5Zb/s1600-h/reader4.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296454012461624994" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 302px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3Mn6cmj1SRuUsFml2I9tiDLTjg4IMI_2wg5AqhYonDuPHt_eod-McGUwxF_NfE4yXbxF5yEd1tnb1ccv1ISVH5N4XP8FKYVFcQhj-Vl1NCKQb5fsQc128FDH6oaHn035irx4K_Cd9e5Zb/s320/reader4.jpg" border="0" /></a>reservados a una experiencia que trasciende el pasivo ejercicio de espectadores. La pasión de la atractiva analfabeta por las lecturas del estudiante es tan carnal como sus orgasmos clandestinos, y es la válvula por la que ir destapando turbios colores del pasado hasta un cierre poético, pleno de sentido, ni siquiera intuidas las lindes del melodrama. Se ha empeñado en evitar facilidades el director a fuerza de montaje sereno, evitando que el <em>flashback</em> huela a postizo. Delicada partitura la suya, que enfila el sendero de los grandes asuntos y los ejecuta armónicamente, enterrando la llama bajo estética pulcra, dejando intuir la gravidez del dolor y la humillación, del escarnio y el deseo por medio de una batuta artística de gran tallaje. Una película que turba y seduce no desde cómodas parcelas de sentimientos maquetados, previsibles, blandos. Sin corsés de género, sin ortopedia ni grandes discursos. Robusto ejemplo de cine perfumado de verdad, capaz de transmitirla a cada secuencia.<br /><br />Igual que en su anterior pieza de orfebre, cuesta condensar el alcance, los pliegues de lectura que<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZHm6CHni5MXNwGIlUWFUVTyb-BzcNb12AlXNqHJHSP59wBKDfBvQOuXIdVyPqnpcOabX9pyNSnsBM0VJK2czRHksLB2uGVk96NV4dbioDnz8GkpQOx52llMRdfgjg8ZVX4myvu8oLDCtH/s1600-h/reader3"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296455313617711474" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 220px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZHm6CHni5MXNwGIlUWFUVTyb-BzcNb12AlXNqHJHSP59wBKDfBvQOuXIdVyPqnpcOabX9pyNSnsBM0VJK2czRHksLB2uGVk96NV4dbioDnz8GkpQOx52llMRdfgjg8ZVX4myvu8oLDCtH/s320/reader3" border="0" /></a> ofrece un romance tan poco ortodoxo como el que orquesta Daldry. Y es difícil por el oleaje de sentimientos oscilantes entre dos realidades, por hacernos vívido el retrato de dos almas que se hallan, se reconocen en los furtivos deslices con la literatura como vehículo de íntima conexión, el <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiUEyO5xztjkTRzzV09K_Hj8x2KBbWvgDUe5Xu8YeTowWiOgarM5Rcnk4__x0aWZpcfb7qdXkAqzVYXwrq0R_6YxRSJ5YuyxrJUErkobynm-jUnJEK3DW-p7OkpMNWpPS1jdAa-ZyhVedBV/s1600-h/reader1.jpg"></a>arma con que afrontar el revés del destino. Por encima de juicios moralizantes en torno a antiguos horrores, esta historia es la de un amor truncado y un secreto lacerante. <strong>Relato de amor empastado en tiempo de guerra, pero también reflexión sabia y luminosa sobre las consecuencias de nuestros actos, sobre la memoria, sobre expiación de culpas en una vida ya lejana, sobre todo aquéllo a lo que estamos dispuestos para que ese recuerdo no se difumine.</strong> El peso simbólico que late de fondo cae sobre nuestros hombros, se mantiene en ellos hasta bien pasadas las horas y habita la bodega de esas obras irrebatibles, asfaltadas de humanidad, poderosas, tan sólidas que parece un espejismo el cauce cristalino por el que van abriéndose al espectador.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5296455401144078146" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 308px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdxjFMulLNIr4HhrPovk8X1pRKnUDqPk-PRHLc9R2YIjmBLeYVXczchwKhzn-SkYPcaqZch7QifqVKiYbOK5tiE_D40Uj4qcHYSHXNmR-uRJdAukFzFzOLdDOk4asB-wRK6uf6eDiJUNVj/s320/reader1.jpg" border="0" /></div></div>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-8238205302399431752009-01-23T19:23:00.016+01:002009-01-24T13:12:15.877+01:00LA CLASE: lección magistral<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294556862485340434" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 242px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEimrjq2YLlmTUDJAK7DdT0J0_dL0UZ67LZBjdFf2dBmC0o9_hvVxLgVx5Pxym0CTKQ6b4v_Pg2a28muRbM3o-T2zc3febXuHUOzvfiePu6ZghDeLTJLOSUhnXdBHCFZdZ6yFOm-EXmS8CY9/s320/CLASE.jpg" border="0" />El espectador de cine tiene el privilegio a veces de hallar en su camino muestras de un genuino interés por el ser humano, por entenderlo y engrandecerlo. Ciertos títulos trascienden el recuento de méritos cinematográficos para abarcar zonas de vigor ético e higiene emocional fuera de discusión. Es un proceso revelador que no admite la impostura, brota de una óptica honesta sobre ese pedazo de realidad y logra, si cabe, imbricar cine y vida. Uno de los asuntos medulares en la tradición del cine espejo -etiquetado como social- es el que cuestiona los cimientos de cualquier sistema educativo como triste barómetro con que pulsar un orden social lleno de carencias. Muestra este ramillete de obras un microuniverso desde el que abordar los choques generacionales, la inmersión cultural o las lacras afectivas como factores de un código ético en peligro constante.<br /><div><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294556984727624962" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 220px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCmvw0qgEXPAtCZ2dMlnvw1Q9CZ-sZPUY8SZlppcB42S-4H3iAS7Mfu9N9mOY9odA9y18p2rv5p2A6YLogpVX-P_Qqpgxn9l5BcZ_C_jOT_NkX2Rm661t6athj4t4-dr9KLWtSiA4j_lPf/s320/clase1.jpg" border="0" /> El milagro se produce cuando se rechaza el maquillaje emocional, ese arsenal de recursos para encarrilar lágrimas por caminos trillados. Cuando se huye del lugar común y se exploran los matices, el mordisco a lo real reluce por sí mismo, desnudo, más efectivo que nunca el vapuleo intelectual. LA CLASE saca cabeza entre las muestras de un género masticado hasta el cansancio, que no parecía poder aportar flancos nuevos de análisis del entorno escolar. Alguna perspectiva insólita habrá asumido el francés Laurent Cantet para ver laureada su película por la crítica exigente. Al menos un pellizco de honestidad podrá rebañarse en su radiografía de la adolescencia, sus conflictos, su paso trémulo desde la niñez a una edad adulta apenas definida.</div><br />Siguiendo el rastro luminoso de un cine europeo de vocación testimonial, el film se asienta en una naturalidad expresiva desarmante, y lo hace sin levantar la voz. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294557265244768002" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjubeFFDRHMG5xMjGeMl2QVwdPNWIw4CgAbhg-UihP2jUUjRauJLHsCMWUR0130ZQ_Zw9_YuRku46OvCdrDvwzFknzVVy4Eq3RxtosCsbD_jlnmWHMYvjpQqoaMU7EksauSc6yMo_Lj3V8v/s320/clase2.jpg" border="0" />Gotea poco cine que intente describir sin juzgar un abanico temático de índole tan coyuntural, muy propenso al prisma sensacionalista. <strong>La cámara de Cantet ausculta a profesores y alumnos, calladamente, evitando entrar en la condena moral o ese traicionero didactismo que suele pringar las visiones yanquis del paisaje</strong>: marginalidad, desestructuración familiar, exaltación idealista del profesional de la enseñanza, equipado de carisma, catalizador de un cambio de actitud en sus pupilos hormonantes, incluso sorteando la rigidez de las normas del centro. Reside el logro de la película en la ausencia de moralina, del rotulado chillón sobre la sensible conciencia de una galería complacida al ver cómo pintan las cosas de mal en colegios e institutos, los recintos donde forjar a los triunfadores y los frustrados del futuro. <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyrFpQwZfbLg7bBVgiTnwWhNFaeTaB9grHXT6a8INeYIVEIupTRax-INFtn-wEeQlRcUlN_a7EruFuV8qRJL1yeVOOEtqkFavBUwD-Pf9cm1N3NzBbnpA1BU6nIriOdQwwnDM-LhmIJl8S/s1600-h/clase3.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294557121911807746" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 212px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgyrFpQwZfbLg7bBVgiTnwWhNFaeTaB9grHXT6a8INeYIVEIupTRax-INFtn-wEeQlRcUlN_a7EruFuV8qRJL1yeVOOEtqkFavBUwD-Pf9cm1N3NzBbnpA1BU6nIriOdQwwnDM-LhmIJl8S/s320/clase3.jpg" border="0" /></a><br /><div></div><br /><div>Sobra carne para la reflexión en una pieza tan jugosa como ésta, aferrada a la sutileza antes que a la mecánica aleccionadora de cara a la taquilla. Los grandes valores por los que hacer diagnóstico de una edad difusa como es la pubertad se enuncian con el rigor, la sobriedad y el aplomo narrativo propios de un enfoque tridimensional de los conflictos. Si el cine norteamericano factura muñecos de plastilina y acentos discursivos, nada de lo que LA CLASE tantea se ajusta a patrones, nada desprende los aromas turbios de una verdad falsificada para impactar. Varias escenas podrían resumir la pulcra exposición del material, en todo momento regido por una necesidad de hacernos entender lo que pasa. Se pretende así-y se logra- abarcar todos los matices cívicos huyendo de recias justificaciones. Limpiamente es como fluye este diálogo entre los tres pilares del panorama educacional -pedagogos, jóvenes y padres-, desde la discreción reconocemos a seres humanos cargados de dudas, miedos, prejuicios.</div><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294557679708512882" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 187px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5G2njhcFuuKsdV2_Lhxm04GwD_lnzLThRvm7uvLYEs-0cm76IghEGrTMhmRH0VGZJ0THFkTUgyClDH2I32fxSLUK0VHyIElx51wB39WsLRSdSJOBwrx-8zqphVExkCZb9khTVXFx_YOT-/s320/clase5" border="0" /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294560364927956530" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhHWMm3OdFpP7YndGJZ53yfpGFDzYgPIUzCtUVMYWxr3aGNuQKuqcdK06mP1n2orf5rd_0vHQG6FpYOFz2lNvF2hDo1gOE7jCWyUFRkg-5x4OKmBdFKJbzB5GjMet5v7z_bZCIFR9Gz2Rna/s320/clase4.jpg" border="0" /><strong>Se cumple el objetivo de testimoniar una realidad tan poliédrica como desconcertante, un complejo inventario de exigencias, estrategias, soluciones moldeadas en función de un marco social en perpetuo cambio.</strong> La industria francesa nos ha entregado un ejemplo magistral de cine, sabio y respetable, llamado a ocupar una esquina en la memoria de los grandes espejos de nuestro tiempo. Lo que equivale a registrar nuestro propio depósito de contradicciones y temores desde una estatura artística incontestable.Unknownnoreply@blogger.com7tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-52828752202693744512009-01-22T17:17:00.009+01:002009-01-22T21:50:17.623+01:00CUSCÚS: receta desabrida y sin garra<div><div><div><div><div><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294178022295369842" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 240px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjlrTsKEDeb9-v50LfRGtgfiueBkFE72wyNHZzvyg7YLFGEgibwyalU5HgUYAkzGxj7PTbyVRqd-T2LbIzXqc78gnu8TSoW9VywqgExu2nv2tczXE2AWzkC0qJ98ld_uH9xe-aJpIx0Cbhm/s320/CUSCUS.jpg" border="0" />Cada vez sorprende más el abismo entre la lluvia de galardones de algunos títulos y los cuestionables méritos por los que se otorgan. Sobre terreno tan desigual como es el de los festivales pueden brotar cardos de autor o piezas de metralla emocional. Puede darse lo grotesco y lo portentoso, aunque el palmarés no haga justicia objetiva, irrefutable, sin apelaciones, a las obras descartadas. Si se arañan un poco las imágenes mustias de esta cetrina CUSCÚS se verá que hay poca carne cinematográfica, pero sí la grasa que atiborra de prestigio, el regusto a cine parco en medios pero en teoría impregnado de honesta mirada a la realidad.<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOsXpFINJ7LoEDR7ppY6OgulTo4Ky3v2peHQvw3lLMpzJQRv8IBrA7ZmeOJ56SzlTYC5Ttrw43mW76tknIONwLW5s1jNt5VpqBfDYmOXc7uG99NRH_m3DDVsDlrF0fzwaYEcJM0MqegzCZ/s1600-h/CUSCUS1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294222018887821810" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOsXpFINJ7LoEDR7ppY6OgulTo4Ky3v2peHQvw3lLMpzJQRv8IBrA7ZmeOJ56SzlTYC5Ttrw43mW76tknIONwLW5s1jNt5VpqBfDYmOXc7uG99NRH_m3DDVsDlrF0fzwaYEcJM0MqegzCZ/s320/CUSCUS1.jpg" border="0" /></a><br /></div><div>El problema no es que la élite festivalera -ramal veneciano, en este caso- y académica -veredicto francés- se arrodille ante la película, grandes desatinos se han visto. Lo realmente alarmante es la falta de interés que despierta este muestrario de miserias en sí mismo, sin el brillo de medallas, achacable a un fallido ejercicio de cine como escrutador de vida. El tunecino Abdellatif Kechiche se adhiere a la nómina de directores surcados por el no siempre loable instinto de testimoniar realidades grisáceas, donde pululan las grisáceas marionetas del infortunio, la base humana que cimenta un capitalismo ansioso por despellejarlos. Será cosa de la empatía hacia quienes, aún jodidos, siguen en la brecha, mordisqueando su trozo en el pastel de un sistema voraz. </div><div> </div><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1lwIqyXn12-MzgPuoovP0wQE4VA8txrO8LeoRBmrYksGARPbvFz-5hmV0s3gzP3jQJXrny-ZKOclCfGd_XLRiyIQcUaSY5q01V1vHGgplCvNqweK_1pFMaZZ9qS-fOg__zNwZMMIyLes4/s1600-h/CUSCUS4.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294222275751548834" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1lwIqyXn12-MzgPuoovP0wQE4VA8txrO8LeoRBmrYksGARPbvFz-5hmV0s3gzP3jQJXrny-ZKOclCfGd_XLRiyIQcUaSY5q01V1vHGgplCvNqweK_1pFMaZZ9qS-fOg__zNwZMMIyLes4/s320/CUSCUS4.jpg" border="0" /></a>No admite reproche el intento de reflejar los aledaños de la prosperidad, el rostro sombrío de un Occidente aún embarrado entre el progreso y los desaires raciales. Sin embargo ese alfombrado quirúrgico de la integración del inmigrante en Francia desvela propósitos mejor solventados muchas veces antes. <strong>En el relato polifónico de currantes portuarios y sus trapos de suciedad familiar todo queda invadido por un reguero feísta sin que el básamo irónico -ni hablar del remanso de lirismo- asome bajo el impulso documental.</strong> Cabría recordarle al director que no basta aferrarse al naturalismo visual para crear arterias de cine realista. Se antoja el resultado un apático registro de cotidianeidad, un andamio de secuencias innecesariamente alargadas cuyo objetivo parece ser meternos de hocicos en ambiente, pincelar personajes que nunca emocionan, sembrar de exotismo localista un paisaje humano incapaz de erigirse en estudio sociológico de esta era de fusión y desarraigo.</div><br /><div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAX8oa_pOUYf_KRlnYJ-tQgo40aRYxMINJkCBxJESURYbC14YBisMzMBnrPU8WyAujY5HUgh_RVMDvKN-hbJny8Tddz-zqy9jwUkU8TGmGzsBT7Xutj_ICAWMkY_iFUFjnnoiAca1VXvg-/s1600-h/CUSCUS3.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294222454531921394" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAX8oa_pOUYf_KRlnYJ-tQgo40aRYxMINJkCBxJESURYbC14YBisMzMBnrPU8WyAujY5HUgh_RVMDvKN-hbJny8Tddz-zqy9jwUkU8TGmGzsBT7Xutj_ICAWMkY_iFUFjnnoiAca1VXvg-/s320/CUSCUS3.jpg" border="0" /></a> </div><div>Más desidia que frescura, y kilos de laxitud narrativa desinflan las buenas intenciones, torpemente encauzadas a condenar el (des)orden de cosas en la Europa actual. Cuando creíamos que iba a prender la llama <em>kenloach</em>, empiezan a ventilarse otros asuntos menos nobles, cornamentas en salazón marinero y choques generacionales. No ayuda que el protagonista, rostro lúgubre y porte menudo, apenas tenga carisma para hacer orbitar el drama coral sobre sus hombros. Son casi tres horas (puro delirio) a la búsqueda de la prosperidad hecha barco-restaurante, el empeño con que salir del naufragio. Pero <strong>ni los guiños gastronómicos ni el condimento folletinesco ni la rolliza danza del vientre impiden que el negocio -tan diseñado para aflorar sensibilidades- termine encallando, barrido por el tedio.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294223097735237490" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbhADNsvFxaFJwai1lpvnVqVqbx3ADRWYnKne4DqeqX9XVpgJF-xm2dnugheUHcxuhyphenhyphenRiVL-A9srePXSkVlDZ1beV6MBY1Obg7061dlFQ2EIHZSRrhHfT2zfwhb58nITexOKCPqVD2lxGy/s320/CUSCUS5.bmp" border="0" /></strong></div></div></div></div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-14301236867971532552009-01-22T16:51:00.013+01:002009-01-23T21:06:20.841+01:00EL CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON: el milagro de la vida<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRgmrX38nO-EjlbzoyqhAQbF_PTfxfxR5ZOAPU7eLmNTaJ02HwvgT1m2dSTco7trXvfxMRni5QoywgvPEI6gWOEu6TzewUytTqSLHVglqHFPq1B767hyphenhyphenXXKoGyjvFuyNtYezJg7VgIytp4/s1600-h/BENJAMIN.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294149787623106546" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 234px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgRgmrX38nO-EjlbzoyqhAQbF_PTfxfxR5ZOAPU7eLmNTaJ02HwvgT1m2dSTco7trXvfxMRni5QoywgvPEI6gWOEu6TzewUytTqSLHVglqHFPq1B767hyphenhyphenXXKoGyjvFuyNtYezJg7VgIytp4/s320/BENJAMIN.jpg" border="0" /></a>En el fondo de esta fábula subyace el mismo anhelo por relatar la vida que impulsaba las historias de BIG FISH (2003), aquel ajuste de cuentas de Tim Burton con su propio sentido de las relaciones paternofiliales. El siniestro barroquismo estético del autor dejó paso a un festín colorista y diáfano en idóneo ensamblaje con la fantasía narrada a golpes de flashback. Pero lo realmente memorable en un conjunto algo desequilibrado fue el tributo que el iconoclasta director rendía al cuento tradicional en tanto filtro por el que observar el mundo, devorarlo casi. La imaginación quedaba reivindicada en su papel esencial de coraza contra el olvido. El armazón por el que ir dando forma a los sueños, algunos materializados, la gran mayoría edificados mediante el placer de la palabra.<br /><br />De idéntica forma brota bajo este <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiz7oPN98U3HKi05vGF90Mr0gfCFU09Ga4pUsb6q71rfITJxnFxOXvnApvIsvDA7-KiydPdwlel8SLmGmeUdZuoTDzC_HDUUnmypbM1yBGOoXUjjM20jrIEeSCAHCxdSOtcipazHrRFW8NJ/s1600-h/BENJAMIN2.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294150034004352466" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 224px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiz7oPN98U3HKi05vGF90Mr0gfCFU09Ga4pUsb6q71rfITJxnFxOXvnApvIsvDA7-KiydPdwlel8SLmGmeUdZuoTDzC_HDUUnmypbM1yBGOoXUjjM20jrIEeSCAHCxdSOtcipazHrRFW8NJ/s320/BENJAMIN2.bmp" border="0" /></a>CURIOSO CASO DE BENJAMIN BUTTON una mirada clásica a la narrativa cinematográfica que logra impregnar una obra compacta, serena, de irresistible belleza. Parecía improbable que David Fincher, uno de los puntales del thriller posmoderno, curtido en el videoclip, astuto creador de atmósferas sombrías, revalidase una autoría definitivamente alumbrada con su meticulosa crónica criminal ZODIAC (2007), un ejercicio de estilo a la vez que retrato contundente del rostro oscuro de esa Norteamérica carne de mitología. Quienes recelaban de sus dotes para alejar la impostura, rechazar el virtuosismo gratuito o rellenar sus malabarismos visuales con sólidos esqueletos dramáticos volverán a enmudecer. No es sólo una nueva brazada talentosa en su bagaje como cineasta, sino una genuina muestra de amor a la vida, y, por extensión, al cine como motor expresivo de toda su grandeza.<br /><br />Para demostrar que el crédito otorgado no fue fruto de un espejismo, moldea Fincher los códi<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiriaChr2l4ChyJHUZIEHIZitDK_EkQzt5kIx1EisJ54Ya0tOw_uC2oRPb0f1RbByvaRp0COqE9z2omizfdhtHc36xhj6D5V2oosG9mNznGU5tiUmKO-5HlzoTbhPaueAMdeAgoZGGbw8jX/s1600-h/BENJAMIN3"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294150248111938530" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiriaChr2l4ChyJHUZIEHIZitDK_EkQzt5kIx1EisJ54Ya0tOw_uC2oRPb0f1RbByvaRp0COqE9z2omizfdhtHc36xhj6D5V2oosG9mNznGU5tiUmKO-5HlzoTbhPaueAMdeAgoZGGbw8jX/s320/BENJAMIN3" border="0" /></a>gos fantásticos de una alegoría individualista y se sirve de su personaje, de su azaroso viaje por el mundo, para desembocar en ese ámbito de significados tan propio de la épica. Su película, como hiciera Burton, recupera el espíritu aleccionador del relato heroico y, lo que tal vez sea más estimulante, permite rendirse ante una escenificación pulcra, sin fisuras, profundamente romántica de lo mágico. Resulta paradójico el uso de la muerte en un periplo vital como el de Benjamín, que, si algo transmite, es el deseo perpetuo de seguir vivo, no importa el orden del ciclo si hay empeño en seguir explorando. <strong>La muerte es el elemento medular de un canto a la vida cimentado de melancolía, lo va salpicando de ironía y logra articular un discurso irreprochable sobre el paso del tiempo y las oportunidades de ser feliz</strong>, incluso para alguien tan poco convencional, tan fuera de la línea asumida como la ortodoxa. Destreza y vigor fabulador los del director, quien nos hace discurrir por los cauces magnéticos de una riada de tintes legendarios que va <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294150383333895378" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 210px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhL4yY6gqC5AI0_ICdBIwKqO1OZptCh4S7VGL1bYNZ-lAOPidVJdUK71fbvuH2sf2s3JoP2Ok7wciP2QXMoq0iRog-RMas7Vmz4M_5B84vRbIM_RbPxcGg2IlU9Jx-xSlz6U3s0UDCgu2o_/s320/BENJAMIN4" border="0" />esparciéndose, dotando de humanidad cada recodo del sendero, ennobleciendo una de las funciones vertebrales de esa traslación oral del pasado: avivar nuestra ilusión. De nuevo –por extraño que parezca en los mediocres tiempos que corren- ostenta el cine su hueco de honor a la hora de rescatar grandes valores y perfumarlos con aires auténticamente creativos, en homenaje a las viejas historias y los viejos modos artísticos para contarlas.<br /><br />La que se presenta como una de las apuestas recias del año endulza el ánimo sin deslizarse por la pendiente ternurista, ese lodazal de postiza nostalgia siempre amenazante. Como corresponde a un cuento de envergadura, se presenta el fardo dramático cosido a dosis de justa grandilocuencia, que no es usada para enmascarar otras debilidades de fondo -caso de títulos mimados por la madre taquilla como FORREST GUMP (Robert Zemeckis, 1994), parida por el mismo guionista-. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294150721993661778" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiCsPHV90keFoKxOvVAyIZDG1iofydYEsnrTY9TMgg5fXvPpLZGxTfzJxuAn7f66tjv_-nBXbCMhGBGtH7vNQNdDoeCBZwAIqSG5vojWQqOQf7-IJwwAajC8Cu8m53z98PBvZqfT7Adh0w2/s320/BENJAMIN5" border="0" />El film declara intenciones desde el comienzo y en ningún momento deja de brindar la carga simbólica que un excéntrico argumento promete -el colibrí revolotea, el signo del instinto vital, imbatible-. Esa dialéctica entre lo vívido y lo sombrío, entre el presente y la memoria de los muertos sirve al maestro para vehicular un ideario que tal vez nos revele íntimas formas de estar en el mundo. <strong>Un universo temático empastado en capas de ligereza a modo de balada al mismo decurso de vida, a ese tren de ocasiones perdidas para encontrarse, reconocerse, amarse por encima de los prejuicios de toda una comunidad.</strong> El cuerpo progresivamente joven de Brad Pitt encarna los caprichosos designios de la naturaleza, aunque no le arrebata el digno propósito para el que nacemos: descubrir un camino propio. Es la senda donde ir forjando la <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1bEjsvFgTLzCH_-0VAeBCHiCisWzyED-tKRsmjfOZvkRLOjjw1XgjdjWLDAFGoycGmIWHJsJwvDnZHxd3Dt1voJiTECB1ZxPtvcngMdVkKot4EU8jH3ZsiOiyzdz5I8fWw3_TYoHm-iZD/s1600-h/BENJAMIN6"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294150978488517954" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi1bEjsvFgTLzCH_-0VAeBCHiCisWzyED-tKRsmjfOZvkRLOjjw1XgjdjWLDAFGoycGmIWHJsJwvDnZHxd3Dt1voJiTECB1ZxPtvcngMdVkKot4EU8jH3ZsiOiyzdz5I8fWw3_TYoHm-iZD/s320/BENJAMIN6" border="0" /></a>identidad de uno mismo pese a ser un trayecto invertido, la aguja del reloj limando el rostro arrugado, rebosante el caudal de la experiencia. Y algo más definido el perfil de la felicidad.<br /><br />La óptica que organiza una película de este tallaje es, por todo ello, revolucionaria, si se admite como una luminosa reformulación del individuo que exprime la realidad en una dirección contraria a la de los demás. Materia de rango universal la que se encierra en los límites de la fábula. No cuesta, una vez habitados sus pliegues –algo naif en su clasicismo-, dejar arrastrar la sensibilidad, hacer navegar la reflexión en torno a las vías cruzadas del destino y la caducidad de ciertas cosas. Y, de vuelta en las calles de nuestra infancia, caer bajo el hechizo de una melodía visual impecable, sin parangón en la cartelera, con que arropar a la deliciosa criatura de este trovador contemporáneo de nombre Fincher.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5294151303203019154" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjEBUup6sIw8QidBiEp5hFnXo-cdlv_EmVeRQYX_180wrvD3yGiyuIV_kwgpkn-bmewsX2AwV1l5PvjP_K41fNCfmMqAT3G8XD_0TxvKipq9Fif7kVlnu8yldPlrCXq_wPVY6nl37pzS1iR/s320/BENJAMIN7" border="0" />Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-80382205149064702042009-01-19T22:17:00.017+01:002009-01-20T18:34:41.837+01:00UNA FAMILIA CON CLASE: juego de máscaras<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiboAwcTRxcN2fvbI4de6rNuZWfV3iVlokQy0GgmHSinZizQRpPUeP1M_Ls-G1JVrRLNUEqIj6MJ0a5ybH2Mbt7Vf-Gs3vEN40HXtSy1KDnit5qT0sHt-fCS5vQoA8OypDyOaAMw0J2Q4RO/s1600-h/easy-virtue-poster-0.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5293344921387308546" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiboAwcTRxcN2fvbI4de6rNuZWfV3iVlokQy0GgmHSinZizQRpPUeP1M_Ls-G1JVrRLNUEqIj6MJ0a5ybH2Mbt7Vf-Gs3vEN40HXtSy1KDnit5qT0sHt-fCS5vQoA8OypDyOaAMw0J2Q4RO/s320/easy-virtue-poster-0.jpg" border="0" /></a>Siempre es un placer recuperar el gesto elegante de Kristin Scott-Thomas, ese aire refinado que imprime a cada personaje que afronta. Sortea la británica los obstáculos propios de cualquier registro y amolda su <em>savoir faire</em> al exceso del drama o las acrobacias del humor. Su trayectoria, sembrada de altas muestras de talento, la confirma como la gran dama del cine que es. Tan inteligente que se atreve a rodar en francés y rasgarnos el ánimo en un film de fuste como HACE MUCHO QUE TE QUIERO (Philipe Claudel, 2008), posible candidatura al Oscar incluida. Pero parece querer demostrar en esta nueva entrega de los célebres estudios Ealing que está ampliamente dotada para la comedia, género al que ya pudo asomarse y cuyo infalible mecanismo vuelve a exprimir su vena menos intensa para regusto nuestro.<br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5293425287413579650" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSoo-aFtnh4gPhWPVlAXtGUCAZu4mUnbgM-ZBcmXEcrF-Y-xxLvoccTu_rd_iF18MYIDAymKnHLynf5VvdG2l_aYykStXeTIYOPUNOP_YeFTBxWR1pKot8LX212XIgmlpU27YMZsAxj9wp/s320/familia.jpg" border="0" /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5293425151163906370" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 211px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEicqwWZBKkbF0n3mHZcb38NxnVmnOUeHJ_3XYwQE-3f5Y3rrozdIcdhniOrrjBBEozR4HroIrU_8qsli6mBon0Iw4-sKjRJ_e7oyN_mt2q1ssGeCXNaY1K7IJoyOxnGdfoKKrLEgdGc4pcx/s320/familia2" border="0" />La Scott-Thomas es la matriarca de la familia en cuestión, una arquetípica muestra del rancio abolengo inglés caída en la miseria pero empeñada en mantener las postizas apariencias. Nada nuevo, a decir verdad, dentro de un género que tantas veces nos ha hecho respirar las fragantes campiñas alfombradas de hipocresía y mucha flema. <strong>Sin disimulos intenta esta película -menor, si se quiere- captar las esencias del humor clásico, próximo a un vodevil chorreante de autoparodia, que aquí basa su eficacia en un simpático análisis de las convenciones sociales de los años 20</strong>, con la insalvable colisión entre la rigidez <em>british</em> y la disoluta vitalidad del yanqui, rellenada por Jessica Biel de turgencias y morritos apetentes. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5293425537571823186" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 214px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKV_s0wY-4EOBAIXVEsUXRi0e4-wBfELMZynIZybDhjYiF-jCHgwi4ZNqH0VG9ZJhT6yrJQMBII0T58Ya6E9p00NLR2uRhUK60OgIAbrqFOCd6q7udUfWXRHz_-NszmjOunoAW00df64iR/s320/familia3" border="0" />Stephan Elliott demuestra agilidad, maneja con oficio los códigos de una farsa gamberra punteada de ironía, sujeta en todo momento a una ortodoxia narrativa y un decoro en los modos que sitúa al film en ese honroso estante de los simplemente correctos. <strong>Es preferible a veces este cine facturado desde lo pequeño, desnudo de pretensiones más allá de su funcional apego a fórmulas de comicidad más que probadas.</strong> No defraudan porque no aspiran a algo distino de la diversión frugal y siempre amable. Y uno de los pilares para sostener engranajes lindantes con la caricatura suele ser la ajustada sucesión de escenas por las que ir repartiendo la batería de encuentros y desencuentros, evitando alargarlas, llenándolas de puntiagudos diálogos -otros más facilones- y un espíritu que deja los complejos en la cuneta. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5293426467332561714" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 217px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgGroeScInfJoyFxcRB5fOY16qFUV1vgyvzo7NZuQfsetdycQiRo73oHEG21tNzbie-qsYwqjzh6AAtRbE-AFJhJUtkuM-kGZ4z5oQueJZKvp_xxzEy9X_u13om1Mgn1Ot5bpZqrhxBpBKV/s320/familia4" border="0" />La gran mascarada espolvoreada de sarcasmo, la crítica ácida a viejas e insanas costumbres del país logra, con una enorme actriz y su séquito de miradas cómplices, dibujar una sonrisa en nuestra cara.Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-36722121557348053672009-01-18T12:45:00.026+01:002009-01-20T16:39:15.083+01:00LA OLA: la unión hace la fuerza<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpTttUBiTFBcbZQCBoOo2bsn3x-Qho3g_oASnlQIy2K8Jtv1hlWTx_ru_Q5i1mPTQOtOqWoyd1a2gbkzCpD0DtFpmPt8to1_foNC4DoHGjr3xa5M_I5byuHTgxlIlPsfSyzA85xUv4GCwV/s1600-h/LA+OLA.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5293091012427646050" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 224px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgpTttUBiTFBcbZQCBoOo2bsn3x-Qho3g_oASnlQIy2K8Jtv1hlWTx_ru_Q5i1mPTQOtOqWoyd1a2gbkzCpD0DtFpmPt8to1_foNC4DoHGjr3xa5M_I5byuHTgxlIlPsfSyzA85xUv4GCwV/s320/LA+OLA.jpg" border="0" /></a>Se está desvelando el último cine alemán el mejor impulsor de historias que, bajo un esquema de ficción inspirada en hechos reales, articulan una tesis a la que se sujetan los personajes y sus conflictos. Creo que si se pensara en otras industrias ajenas a la germana, esta corriente didáctica como filtro de complejos entramados éticos probablemente perdería eficacia. Imaginar ramales mediterráneos de EL EXPERIMENTO (Oliver Hirschbiegel, 2001) o LOS EDUKADORES (Hans Weingartner, 2005) podría desactivar la gravedad que sustenta su vestidura ingenua, el motor crítico que impulsa relatos algo forzados pero contundentes. Tiene la idiosincrasia alemana algo que revierte en los modos de rodar, en la traslación a imágenes de sus excesivos puntos de partida, casi siempre germen del debate popular.<br /><br /><div>La reflexión ha calentado interesantes revisiones de los movimientos políticos vertebrales en un convulso siglo XX, como es el nacionalsocialismo en toda su amplitud tenebrosa. <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxBSoTrhRG-QtSXvTi99YItuLGawQOZwDupPiQ5C8gELWkqgWI1XCSiEYKtAw5RnnKThNy3qkyRlGEfOZybHRj4H1RtIrVpUqESovQHSehF8umOLcP7eiQPCxib8pXT2n3M_zIQGqEuV-j/s1600-h/DieWelle_scene_06.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5293315467778907874" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 215px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjxBSoTrhRG-QtSXvTi99YItuLGawQOZwDupPiQ5C8gELWkqgWI1XCSiEYKtAw5RnnKThNy3qkyRlGEfOZybHRj4H1RtIrVpUqESovQHSehF8umOLcP7eiQPCxib8pXT2n3M_zIQGqEuV-j/s320/DieWelle_scene_06.jpg" border="0" /></a>Si EL HUNDIMIENTO (Oliver Hirschbiegel, 2004), SOPHIE SCHOLL: LOS ÚLTIMOS DÍAS (Marc Rothemund, 2005), LA VIDA DE LOS OTROS (Florian Henckel-Donnersmarck, 2006) y EL ÚLTIMO TREN A AUSCHWITZ (Joseph Vilsmaier/Dana Vávrová, 2006) pincelaban el horror en su mismo seno de despachos y campos de infamia, hay otro modo de acercarse al pasado para asumirlo, repensarlo, usarlo de acicate intelectual y espejo de humanas contradicciones.</div><br /><div>LA OLA podría encuadrarse en esa digna corriente no encauzada al reventón taquillero, más bien a activar una autocrítica necesaria hoy día. Se basa en hechos ocurridos en un instituto norteamericano, por lo que franquea los límites de la hipótesis atractiva <em>per se</em>. Más aterradora si cabe al articular el tramposillo guión una teoría que cobró forma como experimento elocuente de este tiempo huérfano de voces propias, terreno fértil para abono de liderazgos tan magnéticos como, a poco que se escarbe, siniestros. Lo qu<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhE_PDKl3QWwBEIGHeaFDkfDxjpM37YpxUa9HgwOXRIXxj3V6ShhFsl0SBjhIZiYQanSWod0PUD462S85Xf-LgX7Nq2cHEZ0IPS6X52uOBdUpekOvzNJ8f_49zwfn26YZevHRij82F7GZH/s1600-h/die_welle.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5293315754702207586" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 215px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhE_PDKl3QWwBEIGHeaFDkfDxjpM37YpxUa9HgwOXRIXxj3V6ShhFsl0SBjhIZiYQanSWod0PUD462S85Xf-LgX7Nq2cHEZ0IPS6X52uOBdUpekOvzNJ8f_49zwfn26YZevHRij82F7GZH/s320/die_welle.jpg" border="0" /></a>e postula esta enérgica película es una realidad alarmante, la sabemos factible sin atender a fronteras, reconocibles en cualquier país los valores cuestionados. Un orden social y político que genera desencanto, búsqueda errática de resortes vitales para las nuevas generaciones, a las que fácilmente puede conquistarse. Afirma uno de los adolescentes de la historia lo absurdo de suponer el regreso de viejos fantasmas a la Alemania actual, pero no parece desmesurado admitir atropellos a la razón en una era posmoderna con roídos pilares a punto de desplomarse. No es la distopía sobre un futuro sombrío el alimento de la ficción evasiva. Es una posibilidad, con perfil y dientes afilados, chorro de luz sobre un presente de valores difusos, de miedos y derivas.</div><br /><div>Dirige Dennis Gansel brioso, apenas se demora en mostrar las trazas de una alegoría escalofriante sobre los riesgos del poder autocrático que en su día ennegreció a Europa. La prueba semanal a la que un profesor -excelente el<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCD8wE4mljNiAgvHO186UeqqeD1MDXenMLs_ek1RiDTLnUh9LHLZcskCldHkGoSQBGSShLhBgxkKsygOVo2UCSTjx93vQYlT2ooEntnSk59pyn6DTsYabVxAknZp4r-xY2DBmhOUh38qvR/s1600-h/die-welle-11_big.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5293315608382310018" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 215px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCD8wE4mljNiAgvHO186UeqqeD1MDXenMLs_ek1RiDTLnUh9LHLZcskCldHkGoSQBGSShLhBgxkKsygOVo2UCSTjx93vQYlT2ooEntnSk59pyn6DTsYabVxAknZp4r-xY2DBmhOUh38qvR/s320/die-welle-11_big.jpg" border="0" /></a> actor Jürgen Vogel- somete a sus alumnos testimonia la inutilidad de antiguos sistemas fascistas, apoyados en la fuerza de la identidad de grupo bajo el mando de un líder carismático. Es la idea esencial en un film recorrido por todo un arsenal discursivo que no llega a inflamarse, suficientemente trucado como está para enganchar a su obvio componente moralizante. <strong>Hay pequeñas golpes de efecto, giros eficaces en una trama sobre los riesgos de adoptar posturas unilaterales, sobre la uniformidad del pensamiento y la anulación de la propia mirada hacia una realidad maleable. </strong>Los posibles factores para legitimar el terror. La masa arengada desde tribunas de falacias en las que el ego del megalómano se obceca en acomodarse.</div><br /><div>Gancho directo a la conciencia el que asesta el director, quien prefiere no ahondar en los flecos de su entramado y servirse de estereotipos con tal de que la narración fluya. El lenguaje es sobrio, tajante como una bofetada, aunque se hurga poco en las arrugas de un drama un tanto <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhW_zSn6HHXawTzu7It5yI8WaWyCLVDXCegky95zftdUnHaI516WAH9MVC6RSbzKw28WgE2kiiTev8lm13GhJLfzA5orX6U5KFemWF0FqJFCp8DM8K4LeEAVnIdcdg2Fye0ujfZkOzfoZDF/s1600-h/die-welle-12.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5293315926726613714" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 173px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhW_zSn6HHXawTzu7It5yI8WaWyCLVDXCegky95zftdUnHaI516WAH9MVC6RSbzKw28WgE2kiiTev8lm13GhJLfzA5orX6U5KFemWF0FqJFCp8DM8K4LeEAVnIdcdg2Fye0ujfZkOzfoZDF/s320/die-welle-12.jpg" border="0" /></a>esquemático. Ni siquiera hay duda en forzar los conflictos para dotarlos de mayor calado, para que todo adquiera el tono de cine equipado con mensaje. De todas formas se agradece que quede esbozada la vida personal de algunos personajes, es así como logramos comprender el desfase entre la magnitud del proyecto y un entorno incapaz de asumir sus consecuencias. <strong>El resultado ofrece un análisis tan veraz como desolador de los feos contornos del pasado, poniéndose en duda los recursos del sistema educativo para alumbrar la peligrosa vulneración del orden democrático. Y apunta con mano diestra las posibles causas de un seguidismo irracional por parte de algunos jóvenes a unos regímenes de testada inconsistencia. </strong>Inmadurez, desarraigo familiar, deseo de adherirse al grupo, perpetuo inconformismo ante el sistema.<strong> </strong>Es previsible que despierte el interés permanente del espectador, animado a la meditación, sorprendido por el timón férreo por el que ir desplegando un material casi incendiario. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5293316069068963218" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj3Qe1DsB0C_9f1PAXNDR1lFRDiZLjJp-__Pp7eDLUvJ-6Vsk6_uRJDSD8SZBvzO3ECf0T6kZ7DTK_SbJdnOh02eLGR1E7520UVN50rpBw3gzl5wbOE9i1meiI6pJAsZsOD05XsPtpyHINY/s320/Die_Welle_Vogel_DW__525473g.jpg" border="0" />Y también estimulante, diríase que obligatorio en la cartelera si se aspira -tarea honrosa- a repasar las cojeras de la Historia y dar cuenta de la gran mentira aferrada por algunos locos para dominar el mundo a su antojo. El cine de ínfulas políticas se mantiene aquí en el nivel de una sólido producto de entretenimiento. Del que deja poso, que ya es algo.</div>Unknownnoreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-5699496306977599922009-01-16T17:16:00.020+01:002009-01-18T15:12:12.263+01:00LA MUJER DEL ANARQUISTA: amor en tiempos revueltos<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRAr_oLtCBw_mrqSx0hh2OT2ArxmtVgYzEuJsOg-aCppmEsuB3bxcKjfbQO5-IpdxfP_I_Ov0RUovIzs-Y9Nxf6ZQJ7DAewL-_SnKWCwAi8xzezmCBfM36A_oWuAPnOR1H5RrJ4yLcmBkL/s1600-h/mujer"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291981160437323474" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 226px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjRAr_oLtCBw_mrqSx0hh2OT2ArxmtVgYzEuJsOg-aCppmEsuB3bxcKjfbQO5-IpdxfP_I_Ov0RUovIzs-Y9Nxf6ZQJ7DAewL-_SnKWCwAi8xzezmCBfM36A_oWuAPnOR1H5RrJ4yLcmBkL/s320/mujer" border="0" /></a>Empieza a ser un incordio escuchar al implacable detractor del cine patrio abordar sus razonamientos para una condena que viene coleando ni se sabe desde cuándo. Y va a tener razón. El objeto del desaire suele ser la esclerosis genérica por la que discurre el sector de la producción en nuestro país. Pero gana por goleada el que puede ya asumirse como subgénero guerracivilista, cuyo constreñido esquema dramático permite airear los viejos fantasmas de una sociedad no tan escindida como el circo político se empeña en proclamar. Tal vez -si hubiera que hacerlo- podría culparse a la misma cuadrilla que fomenta la distribución de caspa y cartón mediante las candidaturas a esos miméticos premios de la mimética academia. Se mimetiza, claro está, el <em>glamour</em> yanqui, o el prestigio galo, o la exquisitez <em>british</em>, no necesariamente igualados. Y es que parece delirante el mimo desmesurado a dramas bélicos -los de aquí, de nuestra horrible contienda- o posbélicos <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9ZOG_OTDsfauWWEwV_ojifttfowcDTGKhwAIN2QutpbxpM8xv7gag26INxKEdVVVPJOoWR3C0pMLGsXyCBMiKQ-7kDUqCokpXtnZxOhW9cEvtxVSf-agDjP_pKBD5zfBEK5HvPBnqKKrA/s1600-h/mujer.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5292627741419026610" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 226px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9ZOG_OTDsfauWWEwV_ojifttfowcDTGKhwAIN2QutpbxpM8xv7gag26INxKEdVVVPJOoWR3C0pMLGsXyCBMiKQ-7kDUqCokpXtnZxOhW9cEvtxVSf-agDjP_pKBD5zfBEK5HvPBnqKKrA/s320/mujer.jpg" border="0" /></a>cuando se demuestra el escaso aporte artístico de la mayor parte de esas obras, por encima de súbitos repuntes taquilleros -LAS TRECE ROSAS (Emilio Martínez Lázaro, 2007)-.<br /><br /><div>Pudiera ser fruto de la errónea, tozuda, casi suicida visión de inversores, que siguen estancados a contracorriente de un mercado ávido de fórmulas innovadoras, sean orfanatos espectrales, edificios en cuarentena o apocalipsis soleados -y ni aún con éstas parece reflotar el naufragio-. Si el <em>marketing</em> -es un deseo, una quimera- inyectara en vena nuevos esquemas narrativos, aunque fueran importados, por los que filtrar historias sin olor a naftalina, quizás cambiaran las tornas. Sólo quizás. Ejemplo de lucidez fue premiar con el cabezón bronceado a LA SOLEDAD (2007), rareza de un raro genial llamado Jaime Rosales, adalid del vanguardismo bien entendido, a espaldas de cánones y de la galería. Fue una decisión tan sorprendente como reveladora de esa necesidad de sondear nuevos terrenos para <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizPjTn68OBpik7qNxLnO0CHPekwg-anWmIglbsdYTj18WJyjYE5pfzh2chigyIN7n_JXBXfiXTadvw59HzvkltblsCqpTpdn_1myh-xH5vmLcI6JMaVL-VaEeoBGm0PPfT16T0BM2oZMuM/s1600-h/mujer3.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5292627959979192594" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 225px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizPjTn68OBpik7qNxLnO0CHPekwg-anWmIglbsdYTj18WJyjYE5pfzh2chigyIN7n_JXBXfiXTadvw59HzvkltblsCqpTpdn_1myh-xH5vmLcI6JMaVL-VaEeoBGm0PPfT16T0BM2oZMuM/s320/mujer3.jpg" border="0" /></a>quitarle los pañales orinados a esta industrilla nuestra. </div><div></div><div></div><div></div><div></div><div></div><div>La realidad desvela un raquítico interés hacia películas armadas desde la obviedad, trazados con escuadra y cartabón los personajes, sus dolorosas vivencias y el paquete de ideales por los que luchan. Lo último de José Luis Cuerda o Helena Taberna se escasquillaban en patrones manoseados, de emociones impermeables, algo postizas, bien por la asepsia narrativa (LOS GIRASOLES CIEGOS), bien por la vaselina sensiblera (LA BUENA NUEVA). LA MUJER DEL ANARQUISTA se ajusta como un guante al modelo de cine panfletario y maniqueo tan denostado por muchos. Y volverían a tener razón. Ya el más incendiario de los directores europeos, Ken Loach, plantó su cámara en las barricadas del rojerío y nos mostró sus problemas estructurales (TIERRA Y LIBERTAD, 1995), muy en la línea defensora de las causas nobles que viene abonando con su obra. Fue el mismo año en que Vicente Aranda asumiría su propia versión del bando republicano, aquel desequilibrado<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDfAxLJ_87SisrT9AHdCEXdDGzSwx5NYoc-TKRfd1OvocRKJDrUVYRsb5z6u7KOuUAsywG1o0TX74ICXke8zzngUc74uBP1C2YvPRZodnX_FGWyVGpjekMEOGPcKB85ttl0xD-Sa_6dvcp/s1600-h/mujer2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5292628312033292146" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 209px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDfAxLJ_87SisrT9AHdCEXdDGzSwx5NYoc-TKRfd1OvocRKJDrUVYRsb5z6u7KOuUAsywG1o0TX74ICXke8zzngUc74uBP1C2YvPRZodnX_FGWyVGpjekMEOGPcKB85ttl0xD-Sa_6dvcp/s320/mujer2.jpg" border="0" /></a> manojo de féminas guerreras que se hundió en torpezas de bulto y tampoco rescató los espectros del calabozo (LIBERTARIAS, 1995). El retrato de amor en guerra que ahora encarnan unos inverosímiles Juan Diego Botto y María Valverde recoge el testigo de la soflama acartonada, incrustando los vaivenes del corazón en los de las armas como una mezcla explosiva que ni a prender alcanza.</div><br /><div>Irrita el sabor añejo del plato cocinado con los condimentos previsibles: sal gorda intelectualista, colorante sentimentaloide, ácidas gotas de tortura discursiva. El martirio se extiende a lo largo y ancho de una trama estirada hasta el tedio, que podría salvarse de la quema si esos ingredientes iluminaran alguno de los aspectos que toca para darle un enfoque insólito, que no apestara a lo que suele apestar lo recurrente en este tipo de abordajes. Muy al contrario, <strong>el dúo de directores, Marie Noëlle y Peter Sehr, aportan óptica foránea al drama que se quiere de raza y fuste pero queda atrapado<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Sz12YjePzpcTb25TAlhRgy2nQiKoE5dtYG3AGXgHO3IBml4fySZQKxYQOllyF5FJB8B2Yd8g9LWlmD7g5z89RDkTjvLB4f8bnXJvmMC6HVvQkl74ZaCLAgWti6fImgTu-u5pLQunoDkI/s1600-h/mujer4.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5292628841109104354" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 217px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh3Sz12YjePzpcTb25TAlhRgy2nQiKoE5dtYG3AGXgHO3IBml4fySZQKxYQOllyF5FJB8B2Yd8g9LWlmD7g5z89RDkTjvLB4f8bnXJvmMC6HVvQkl74ZaCLAgWti6fImgTu-u5pLQunoDkI/s320/mujer4.jpg" border="0" /></a> en las garras de la mediocridad, y no sólo en el listado de lugares comunes por lo que fluyen los discursos y los lloriqueos.</strong> También, y es lo realmente alarmante a la hora de defender lo indefendible ante esos espectadores asqueados, por un empaque formal que no rebasa los tibios límites de la corrección, una plana e higiénica traslación del material de la que no puede memorizarse ningún remanso de lirismo, ningún atisbo de fiereza. La garra narrativa como idóneo cauce para deslizar el zarpazo dramático. </div><br /><div>Hay guerra, y dolor, y combate dialéctico, y asedio sobre una acorralada Madrid de la época, y huidas espantadas a Francia, y desolación. Sin embargo, todo son retales recosidos sin forjar una nueva personalidad del mártir, que ni siquiera el rostro demacrado de Botto se ve capaz de surcar. Sobre él y sobre todos lo demás personajes de la función recae la sombra del arquetipo escasamente dimensionado, unos apuntes apresurados si acaso. De ese modo es poco probable<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgM6MJ3jfdbf25U-Nfh7WEg0yhwjjo1C0pImGiYdr-puK7auSopAkIfdI892U03k5tiYuS112ywcFQT34VazM1g5e0jWxqyLy35A_rk42WKAzQqAPtUHnb0k9krxC31tiYTRL6HtIZZP-j/s1600-h/mujer5.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5292629036640597218" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgM6MJ3jfdbf25U-Nfh7WEg0yhwjjo1C0pImGiYdr-puK7auSopAkIfdI892U03k5tiYuS112ywcFQT34VazM1g5e0jWxqyLy35A_rk42WKAzQqAPtUHnb0k9krxC31tiYTRL6HtIZZP-j/s320/mujer5.jpg" border="0" /></a> que la película despierte entusiasmos. <strong>Es aburrida, infectada de diálogos artificiosos -¿hablaban las niñas de la guerra como si fueran secretarias de Azaña?-, y estilísticamente encorsetada, próxima al rango menor de los productillos televisivos con que esponjar el corazón de los supervivientes, hoy meros espectadores en pantunfla y batín de antiguas trincheras.</strong> Es de suponer que nuestra incivilizada Guerra Civil seguirá mereciendo un cine digno que la relativice o la ensalce, que cuestione visiones manipuladoras y evite la postura tendenciosa en el espejo de desesperanzas. Lamentablemente este útimo registro de los horrores del pasado cae en la deshonra de parecerse a un folletín carpetovetónico y algo tosco que una voz en off se apresta a rotular. Pero sin que ese chorro de emociones llegue a salpicar. Sin arrestos ni altura artística, sin alma debajo del ejercicio rutinario como resorte de la memoria.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-25757006530060383762009-01-15T16:26:00.025+01:002009-01-23T23:15:00.370+01:00REVOLUTIONARY ROAD: el peso de la mediocridad<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291556645310379298" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 215px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgO8gFuOyxeoo7MebWTHypz6q7fOiejdx3Cg8iWytZpE6HRSOzeN8cixuIbaLhKxL3U_OQk71zMO5jOvm4vqgDzeEhsV5G6cPueDAZqHGRurga_p5qRgqdTufwHoSeQWhG2XKxn9sb4TxAk/s320/REVOLUTIONARY" border="0" />Hay, pulsando las imágenes de esta película extraordinaria, un instinto quirúrgico por desvelar uno de los grandes fiascos del <em>american way of life.</em> Las tinieblas que corroen los pilares del matrimonio en la era moderna han saltado del molde literario de Richard Yates, con toda su carga de simbología yanqui diseccionada durante décadas de obras notables, al cine. No obstante puede extrapolarse a cualquier frontera del mundo occidental lo que Sam Mendes elige como motor de su valiente historia. En cualquier espejismo de placidez marital de cualquiera de los complejos de casas unifamiliares puede estallar, incontenible, un conflicto entre los sueños y la rutina, entre las garantías de un empleo que detestamos y los perfiles brumosos pero irresistibles del deseo.<br /><br /><div>Uno observa la sutileza del equipaje dramático en este retablo de la frustración y no puede eludir el pellizco<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOFCLCms49yerWxQ164y_0-nwBNGF0l2kpB3-9-Yo1IZ97ckUPFI2egfCUq82fcY-t5mP6H7YRWq-D5KsomZqYnP90r_OUp8SVYHvzelTQHxHXFxvzCaTXbQ64g-1dT98IBl6s7B4Ncv8t/s1600-h/kate1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291605418198163426" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 206px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOFCLCms49yerWxQ164y_0-nwBNGF0l2kpB3-9-Yo1IZ97ckUPFI2egfCUq82fcY-t5mP6H7YRWq-D5KsomZqYnP90r_OUp8SVYHvzelTQHxHXFxvzCaTXbQ64g-1dT98IBl6s7B4Ncv8t/s320/kate1.jpg" border="0" /></a> en el esófago, tupido de una emoción desprovista de falsas coartadas. Mendes, nobleza en ristre, libera sabiduría y buenos modos y arrambla con el sacrosanto orden de una vida en pareja rasgada por la infelicidad, hecha de desengaño, cincelada a golpes de gris cetrino, el color de la mediocridad servida como desayuno. El agudo interlineado de la novela salpica los espacios íntimos en una relación que, por los pliegues de dos actores superlativos, trasciende el simple retrato de crisis generacional. <strong>Toda la carne está en el asador de un registro certero, incisivo y brutal de ese camino moteado de desilusión, la ruta de un viaje postizo por incompleto, por ajustarse al canon de comportamiento que otros patentaron.</strong> Y lo aborda el director de forma matizada, nunca traicionado el texto por blanduras de melodrama.</div><br /><div>Hay más de una superficie para la reflexión en el recuento de baches emocionales y caos vital. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291605592466887266" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 215px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjIvIDlkXUJ2TjAayujcdCNU9UDnj4xQMnM9VEicb-RvhyphenhyphenycjDKNt3ZvWAE4E2OWr2kiDg8TXwOgV6jhtEsBOB6Bt2BBARGfpNsEZq_G9rxaydirhl_P7aNamSxr1EG3_gcS09GSad-Q_J3/s320/kate2" border="0" />Las formas clásicas del embalaje visual encauzan las turbulencias puertas adentro de una existencia sellada por la mentira, si acaso la peor de todas: el engaño a uno mismo. No es difícil adivinar el temblor en esa rutina que las convenciones fuerzan. La sujeción a lo que se considera ortodoxo en el marco de la comunidad, también dentro de la tradición familiar, obra el efecto contrario: todo termina resquebrajándose. Hace falta mucha solvencia narrativa para sortear la llantina tosca en un material de este calado. De hecho se racionan los combates dialécticos en escenas que contienen más electricidad que toda una temporada de engendros televisivos. Es a través del engranaje afectivo, que el tiempo cruel va desgastando, por el que desliza Mendes una desoladora radiografía del conformismo, destapando los resortes a los que aferrarse cuando se llega a esa encrucijada de la edad adulta en que las ambiciones quedan aparcadas en el arcén.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291605738000071378" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg6K52fXgaVhIdNlZGPh2veijaEBwBKBM0Sljp9BMYAwkY4nMBd91aKEOw4Fuzv41cKqGOIBkyC1DInSFk3bR74DIYST8TD-ndy1Ir9jafP4YaAmo7GRoUwMr7pdzU8kD8EQPtkmhvF8cd/s320/kate3" border="0" />El momento de saberse fracasado, víctima de la misma falacia de estabilidad en la que creyeron anteriores generaciones. </div><div></div><div></div><div></div>Complejo paisaje humano el que, tras aquella AMERICAN BEAUTY (1999) hinchada de mirada cáustica, pincela ahora Mendes con el trazo exacto de una barriada burguesa cuya férrea moralidad se revela, al menos, cuestionable. <strong>La puesta en escena -sobria, elegante- vivifica este microuniverso de hábitos asfaltados y césped rasurado, sustentado en máscaras de armonía que no tardarán en desplomarse cuando una de sus homogéneas figuras lo ponga en duda.</strong> Los recodos del relato, perturbador como pocos, se hacen materia orgánica gracias a una Kate Winslet poderosa <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbG-cMJpqODGCz4ebKC0NzdQ2AQXim2zqGlb3PI3SQK1ebI-tMcxm1V7pcNASWz1ZZR-wHlByR79Q0vuaoiAuihn5dc5HwWLHE4722SzbTU3YtA5wyQSc8ioqE_HgXP2XOTuCHxZK4Eo8Y/s1600-h/kate4"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291605816973601730" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhbG-cMJpqODGCz4ebKC0NzdQ2AQXim2zqGlb3PI3SQK1ebI-tMcxm1V7pcNASWz1ZZR-wHlByR79Q0vuaoiAuihn5dc5HwWLHE4722SzbTU3YtA5wyQSc8ioqE_HgXP2XOTuCHxZK4Eo8Y/s320/kate4" border="0" /></a>-otra muestra más de su tallaje artístico- y Leo Di Caprio, al fin zambullido en un rol de plena madurez creativa. La mutua conexión entre ambos refuerza un discurso poliédrico, aterrador, sobre las esclavitudes vitales convertidas en monotonía de los días. Lo reflejado, al modo del espejo más elocuente, es el seísmo en la equilibrada línea de puntos por la que moverse aunque uno acabe por no reconocerse. Es una forma de estar en el mundo, de hacer balance del pasado, de imaginar un futuro alternativo, lo que se elige. Y el talento de un artista conocedor de los meandros del alma lo ha plasmado en una obra hermosa, dolorosamente real.<br /><br /><div>Se atisba cine del grande, de factura memorable, por las contraventanas de tanta lucidez. Un placer que pocas veces se alcanza en una sala oscura.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291605896640472770" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFnyhAuUSz1gq56A291H2ioaQa_ueriLhPuV0Z7sWwHVT6Jcda3oLYEsWxINWszgYxOYf4W1IhQFmLN-je0SeRrKAFmnTTdLSZUxM7jdTbwncbVoHQWMBT9ntn5iAKzXaRIUEcY248DUXA/s320/kate5" border="0" /></div>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-12396054033980308882009-01-15T11:28:00.012+01:002009-01-15T17:10:32.167+01:00AUSTRALIA: lo que Lurhmann se creyó<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqf10UKYNeJGd4foKbUjeS4tHiLJ2AICJqCooqVqWdomquBIiKffeed9PPK5F7j4EQxC6_BpPZZzgwMIxZhZLDw9ZDkK460VbZtK2YkZ28VIKkz_e7D3pR4YxdSA75aRwesOhZNuHsStxq/s1600-h/australia.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291497041611579698" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 222px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqf10UKYNeJGd4foKbUjeS4tHiLJ2AICJqCooqVqWdomquBIiKffeed9PPK5F7j4EQxC6_BpPZZzgwMIxZhZLDw9ZDkK460VbZtK2YkZ28VIKkz_e7D3pR4YxdSA75aRwesOhZNuHsStxq/s320/australia.jpg" border="0" /></a>Le contaría algún duende del sueño a este tramposo de Luhrmann que todo es válido en el cine para plasmar ilusiones. Alguna voz interior le doraría la oreja con tentadora sarta de posibles efectos para crear espectáculo, para filtrar -confesos o no tanto- tributos burdos al arte séptimo. Tal vez su talento, que es el de los engañabobos, pudiera brillar en política. Incluso en el mundo empresarial. Pero de momento el cine no le merece respeto. Si se echa una ojeada a su pequeño trote tras una cámara se comprobará que el postizo ha sido la materia prima de una obra obcecada en la reinvención genérica, de la falsa y la arbitraria. No una reformulación del código que soportaba el drama histórico con sustento literario. Tampoco los nuevos bríos al lenguaje iconográfico del musical, en clara bancarrota pese a contadas excepciones. La revisión que lleva proponiendo no rebasa los apretados márgenes de un artificio hueco, tejido con material de mercadillo, a parchetones coloristas que revelan su inconsistencia una vez su destello permite a los sentidos tomar conciencia de lo que le han endosado. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291521076470816162" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 179px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyQLWBxnk4dv0j_QPu3u1LDeZdbUezpFdtPBhAuV8eMopwQ0wDGhN7U5WrbgRNWdDveDQYZ6niDyUF6APvpwu6ZqpiDPmOp2RVVzVoIVMnobbtrk8FPORsX12Kjcn2sXVQZs9HdhYTgiMY/s320/australia2.jpg" border="0" />AUSTRALIA es el último paso en falso en la caminata de este señor petulante, arropado por no sé qué brazo de la fortuna, insistente torpedero del gusto, cansino explorador de un vanguardismo grueso, sin visos de auténtica experimentación. Los supuestos aires de modernez le sirven, alabanzas del rebaño crítico aparte, para embadurnar moldes pasados de una sustancia pegajosa, casi adictiva para la audiencia joven, usualmente la menos dotada en tareas de desarticulación. Hace falta un mínimo bagaje, una inyección de pasado cinematográfico si se quiere arañar algún resquicio de buena maña en Luhrmann. Caprichoso él, como niñato con consola nueva, los altos presupuestos no le han cohibido, podría decirse que siente erecto el ego ante una empresa de claros síntomas propagandísticos de un territorio -el del título-, al parecer tan legendario como exportable.<br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291521226745538178" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 274px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwXXhXaJhCm_s_3QbbGZywSpvJ5n-AQlFpsEzFcPmHmpKjYDs9e2Rs1gao-G9GWiWXjUh8u4cjtAkD7wpBInAsYeMwjnF-hRw9st0yYPR0rwrX3jsSnVbv5SzkudXBf-d-WsURIVcltarq/s320/australia3.png" border="0" />Pretende ser su nueva criatura un híbrido de influencias de sombras míticas del cine. Se quiere como pastiche obeso de tópicos, de soluciones dramáticas, de personajes monolíticos. Ese mismo ángel de la (mala) guarda le susurraría al director que se olvidara de ser creativo y se limitara al copieteo de fórmulas. Haciendo honor a estos tiempos de mezcolanzas difusas pero eficaces. La aventura colonial entre una perruna -cosas del <em>bótox</em>- Nicole Kidman y el hipertrofiado Hugh Jackman destila malas artes por meterle mano a los clásicos evitando el boceto de una personalidad propia e irrefutable. No se percibe el deseo de acomodar una mirada genuina sobre estos espacios abiertos en tanto símbolos de un modo de entender la ficción cinematográfica. Nada de eso. <strong>Por tórridas praderas musicadas por pezuñas en estampida discurre el amor facturado para la galería, <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXf5pbDKO1no2gwQ9pxPavwG-fdMOFtHhipno8YqUoa54zSJ4gmlK38EuVwE_u7c6EcLDwmmOcftzDRREWv-9H4LMUbTObK6n9XpJP50RI8QvL9qqqbxBXiHXEjZmnFr7I6TNXdzhJkY-o/s1600-h/australia5.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291521756823052450" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 310px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiXf5pbDKO1no2gwQ9pxPavwG-fdMOFtHhipno8YqUoa54zSJ4gmlK38EuVwE_u7c6EcLDwmmOcftzDRREWv-9H4LMUbTObK6n9XpJP50RI8QvL9qqqbxBXiHXEjZmnFr7I6TNXdzhJkY-o/s320/australia5.jpg" border="0" /></a>embotellado en frasco que, una vez abierto, dispersa la fragancia y deja que se evapore enseguida</strong>: intento fútil de cocinar la receta de la épica sentimental, aventurera, esa mitología de hombres rudos y hembras pudorosas aquí servida en la bandeja dorada del último aparataje técnico.<br /><p>Pero nada tiene pulsaciones de vida bajo la cámara megalómana de Luhrmann. <strong>El embalaje, aparatoso, encorsetado en su diseño de grandiosidad y mimado a golpes de billetera, no arropa más que estereotipos sin carne, desprovistos de armas seductoras que logren dar entidad al relato.</strong> Ni el maromo embutido en Armani, pectoral velludo y voz bronca, hipérbole del macho masticando tabaco -¿o la corrección política también escamotea esto?-, barba al viento del ocaso en busca de reses. Ni la damisela inglesa, remilgada, de orgullo fugaz, empecinada en salvar su Tara particular, pero sin los arrestos ni la hondura ni el coraje ni la sonrisa maliciosa ni la soberbia ni la dignidad ni el rostro ardiente de Scarlett O´Hara, una de las féminas más arrebatadoras del orbe legendario. Precisamente es su odisea sureña la que -entre otras- se cuela en lamentable homenaje. Los retales visuales, gestuales, puede que tal vez literarios, pudren la que el <em>marketing</em> navideño nos ha metido en vena como la película ineludible.<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiib15z0pqIR0MhwJkb7qDLab1E_MLg3Ri08BPqiFvdHCFDhCAN6XC9bo-tE3Fwm93DY_6aKYy-SwpJ4qbqCpO3u-cr57I84zHe-Av7prRTvnzC6DnAUR5Ji2BWfr9wNYJeT-mMO8NI8DCV/s1600-h/australia4.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291521385797716594" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 180px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiib15z0pqIR0MhwJkb7qDLab1E_MLg3Ri08BPqiFvdHCFDhCAN6XC9bo-tE3Fwm93DY_6aKYy-SwpJ4qbqCpO3u-cr57I84zHe-Av7prRTvnzC6DnAUR5Ji2BWfr9wNYJeT-mMO8NI8DCV/s320/australia4.jpg" border="0" /></a> Ejemplo mastodóntico de comercialidad bien entendida, esa cuestionable -algunos dirían respetable- ansia voraz de taquillaje tras cuyos visos se agazapa el mayor de los vacíos.</p>El oficio de cineasta, si se despega la pátina empalagosa, desvela un esqueleto ruinoso, apenas tocado por la varita de la emoción. Los excesos de luz, la impostura de la belleza, el fardo de dulzura desactivan la carga trágica que salpica esta crónica interminable. Tres horas de pildorazo pseudoromántico y pseudoheroico erigido con ínfulas de gran obra. Producto plastificado, epidérmico, torpemente hilado desde el cliché y la arrogancia. Y, por si fuera poco, lastrado por irritantes giros en un guión enfangado entre varias aguas sin definirse del todo, a la búsqueda tozuda de brillos con que cegarnos. Pero hay aún mayor pecado en la devota fidelidad al fenómeno mediático, y es lograr aburrir cuando los elementos de aventura, del riesgo, del conflicto sexual y el condimento de misticismo buscan rellenar los huecos del proyecto. Se produce una enorme paradoja: hay una proporción inversa <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291521932751072482" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 180px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjBHe6AlkZOUpJSXvQH6nOIMF0qhyphenhypheneORD_RNH2B_urJZZTTMgZmCbocEcU1C812W_CYJBRDXL9wOVJ0mIakIcliy2VMVjwwFDCycFyw-MaGqr8vpv0PTwdaTo1pOPy2Xh3S0b1kpseweLb/s320/australia6.bmp" border="0" />entre las dimensiones del <em>collage</em> -todo afectado, lineal, previsible- y su diminuta capacidad de habitar algún rincón de la memoria una vez concluido. A decir verdad, es habitual en artefactos concebidos como motor del entretenimiento que no requiere neuronas activas. Bastante habituados deberíamos estar ya. Más sangrante, si cabe, es que el embaucador Luhrmann se complazca en su concepto privado de la evasión, teóricamente ennoblecido con un perfil del mito y sus circunstancias que ninguna de estas pastosas imágenes es capaz de sugerir. Su dibujo de la epopeya no es más que un regusto por lo ortopédico, un cántico banal, de bajo rango, que a algún incauto logrará hechizar.Unknownnoreply@blogger.com3tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-10758777802960444542009-01-14T22:23:00.016+01:002009-01-15T20:49:56.934+01:00EL TRUCO DEL MANCO: sueños de extrarradio<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQSzZCr1G-r1LpFeS4ZgJQpuOFIZ5SPOaqCdH0zI5XRgVq-7szuxfaneqyMGAvEpowe5eNmQlDPMvL-UGUgLcPaXDwMWSm-VzHtpvP1zk9dNvH_-oQdLuFiGSyuQyUEMidB3oVxFxViGeI/s1600-h/el_truco_del_manco.jpeg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291277773972061746" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 226px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjQSzZCr1G-r1LpFeS4ZgJQpuOFIZ5SPOaqCdH0zI5XRgVq-7szuxfaneqyMGAvEpowe5eNmQlDPMvL-UGUgLcPaXDwMWSm-VzHtpvP1zk9dNvH_-oQdLuFiGSyuQyUEMidB3oVxFxViGeI/s320/el_truco_del_manco.jpeg" border="0" /></a>Bien acolchados en pasados réditos, los nuevos polluelos del pequeño corral patrio siguen apostando por contarnos lo jodida que se presenta esta vida para los de siempre, haciendo del cine el baboseado <em>stand</em> de miserias barriobajeras y oportunidades de reflotar una existencia gris oscura casi negra. El colmo de la satisfacción para quienes atacan la producción nacional por norma verán que EL TRUCO DEL MANCO no rebasa el bosquejo de la mediocridad arado por títulos de envergadura, auténticos manjares para conciencias delicadas y ávidas de golpes intestinales que le recuerden que siempre hay alguien peor parado que uno, repantingado en la butaca contemplando la función.<br /><br /><div>En esa línea se presenta una historia aquejada de los males que espantan y de las bondades que atrapan en semejante proporción. <strong><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-K8AcWdaZkEO4441g9fmy-A5V2HKmSsYWEMxPPp3erM82ktdElTzo5vmNl7_9bnSA5J7SU0j8cJmMBYJEKUhT9Tel48gxrLfVLC02XLJoY38U37gF7xxXt-kw4UPuyWC4hgq79IU8f6Dv/s1600-h/truco2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291462204374649506" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-K8AcWdaZkEO4441g9fmy-A5V2HKmSsYWEMxPPp3erM82ktdElTzo5vmNl7_9bnSA5J7SU0j8cJmMBYJEKUhT9Tel48gxrLfVLC02XLJoY38U37gF7xxXt-kw4UPuyWC4hgq79IU8f6Dv/s320/truco2.jpg" border="0" /></a>Cuenta con el nervio del debutante, Santiago Zannou, en quien no se descubre riesgo por encima del ejercicio de honradez con que atrapar las piezas de realidad hasta montarse su propia visión del infortunio.</strong> Cierto que aburre ya ese estreñimiento temático, en paralelo a una naturalidad de estilo heredera de las nuevas olas europeas de los 60. Es alarmante la casi total extirpación del instinto, la originalidad, el ánimo reinventivo del que el último cine parido más acá de Andorra viene haciendo gala. Cuesta mantenerse al margen de un debate al parecer incrustado en los pellejos de una industria renqueante, con la columna de los haberes artísticos en números rojos, sólo reflotada cuando los ilustres nombres -pocos- se dignan aportar su ración de talento.</div><br /><div>Fuera de controversias, tampoco es cuestión de condenar un botón en el muestrario de vidas anónimas diseminadas en películas de calado humano innegable. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291462525708836354" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYMLV2fm76CAR6oOBiFY4qeBJomiKwmfBx9RhVGQ5fI_q36lQGQPG9VOMvWESF6ymn1ojg-5rzpTbhYmrme5yVMY9N5a3fXYgsM3DgezPcLnD6PG513NcyMCSxKdCzRNmHFUAcQqJQlmOa/s320/truco1.jpg" border="0" />La de estos dos parias en los arrabales del mundo, intentando hacer pie en el barrizal cotidiano, las arterias reventonas de hip hop y castillos en el aire, se hace carne en un texto salpicado de ironía, siempre la válvula para aliviar escozores. <strong>Las bocanadas de frescura rocían el dibujo exacto de la desesperanza, aunque impiden contener el chorro de mal fario -eso que llaman <em>fatum</em>- que atenaza a los protagonistas, la espina dorsal de otro cuento sobre sueños resquebrajados bastante previsible.</strong> Y es que parece no importarle al director la creación de tensiones ajenas a la radiografía social y la estampa de amistad. Los caminos explorados se adivinan, no hay sorpresas ni estridencias, como tampoco las había en los cuadros perpetrados por León de Aranoa, Bollaín, Zambrano y demás sembradores del género. <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjE1rJPhyphenhyphenWlXn2n-BdOPWfHl7SaPXOjT6KOn7oNwdPnfLNkPwE4pPR71SyK4JT_gEG-xii2q0hWVYF23lnk2dj6RgbQ2Ncc7bFIFVFTNOf4_ut68aWHiEaIzh60vkLP3F7lo6Y_gH4ZDnqd/s1600-h/truco.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291462887912367570" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjE1rJPhyphenhyphenWlXn2n-BdOPWfHl7SaPXOjT6KOn7oNwdPnfLNkPwE4pPR71SyK4JT_gEG-xii2q0hWVYF23lnk2dj6RgbQ2Ncc7bFIFVFTNOf4_ut68aWHiEaIzh60vkLP3F7lo6Y_gH4ZDnqd/s320/truco.jpg" border="0" /></a>Nada mejor para arañar nobles desdichas que el uso preciso del argot suburbial, al mismo nivel que un cascarón estético de clara vocación naturalista, en franca huida del artificio, de toda la parafernalia con la que otro cine suele otorgarnos refugio efímero.</div><br /><div>Es esa la sensación que empaña la mirada hacia un relato sencillo, bien urdido, hasta simpático. Hemos visitado muchas veces los aledaños del destino, la otra cara de la sociedad capitalista, el chute de oxígeno de los que se ahogan en la mierda. Un reputado cineasta británico se ha erigido en experto analista de los desfavorecidos, y es su estela la que Zannou recoge, descargada de soflama política. Está claro que el peso de la mala suerte gravita como losa sobre el manco del título. Olemos la chamusquina de su lucha, el inútil arsenal de trapicheos y verborrea. Aún así, una desarmante falta de pretensiones hincha de verdad cada tramo de la fábula y la hace reconocible, palpable, digerible: puede ocurrir en cualquiera de los barrios de cualquier gran ciudad.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291463178279940706" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 216px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjVx2ULbZiwNh_bbJ4eGPzT72kj7uA0xl8QZqjEvQ6JCjsSXG4J5-wkYBb3cBsJgbhLuRaAEaJEdl6OIHSaDg79TTNrs7WYguVvcoX_cbtIw7RWJrYlKFuAESsUyGtjew9wNUuxyg-2U9qQ/s320/trco4.jpg" border="0" /> Es el amargo sabor de la pobreza, que al final, a fuerza de emoción hecha fórmula, pasa por la garganta sin dejar mucha huella.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-60958096105192673162009-01-13T23:32:00.016+01:002009-01-23T23:02:49.926+01:00MI NOMBRE ES HARVEY MILK: las calles rosas de San Francisco<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8q4s6IC8p1soS6jxXFaWB4lZfSRWY5MZ3HeEdsucW33xMCLARSXYR7eDhq-8Rhdzung4c3yF5OVPTk8h20U4AEQELXZbzVvL1kBNryVDR3_2QfG83BloQPXcfd58pd8Mkx0ZyTQk1yn4u/s1600-h/milk.jpeg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291216563442065346" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 216px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi8q4s6IC8p1soS6jxXFaWB4lZfSRWY5MZ3HeEdsucW33xMCLARSXYR7eDhq-8Rhdzung4c3yF5OVPTk8h20U4AEQELXZbzVvL1kBNryVDR3_2QfG83BloQPXcfd58pd8Mkx0ZyTQk1yn4u/s320/milk.jpeg" border="0" /></a>Cuando las expectativas inflaman el deseo de ver una película suele producirse un efecto rebote que acaba por desactivar los logros irrefutables. Conste que confiaba en Gus van Sant como el director idóneo para trazar el perfil del activista gay del título, más si apoyaba la propuesta en alguien del carisma de Sean Penn. Téngase en cuenta mi personal adhesión a esa riada de cine comprometido con la causa homosexual, enfrascado en polémica o con acento combativo. Un cine basculante entre el cliché en torno al colectivo y cierto regusto de marginalidad, genuinamente <em>outsider</em>, en ocasiones germen de una transgresión narrativa que la gran industria nos suele escamotear.<br /><br /><div>Se sumaba en este caso el hecho de ser un <em>biopic</em>, vertiente dramática habitualmente nutrida con retratos demasiado amables o embarrados en un tipismo hagiográfico bastante irritante. Era de esperar, van Sant comandando la nave, una traslación contenida de las grandezas del político. No defrauda el conjunto, dicho quede. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291261230769404418" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgCIrB1MQjEdiKoyGDFhtnz0SrElIE3LwilnZy5NDu8JGI_efkkOkkO3RSmqjGQA33CqtcMXIi0R1t6t7nQFIHvjSVn7hq_GzU2WyEIPhrfQJyfhT7z4n37lKOnWlBoYoYkqXylgSuJ9M6b/s320/MILK1.jpg" border="0" /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291261132470354882" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 262px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgovInk5XTGsZJzyt5O9-kfgT3gaoe_-C09EIxuo88F5hRw06ihLsiGIs2H2FlO0blqHK8wn7EWhmtMi6ApWkpxKuvmrsZL812TCWqDsz2wI38hxpIihngx2ILzPGog3BdKZUYZBQOFA3Rb/s320/MILK3.jpg" border="0" />El autor de aquella magnífica DRUGSTORE COWBOY (1989) denota querencia por una figura a punto de quedar atrapada en las redes engañosas de la beatificación. Los minutos finales, que de paso acentúan la carga emocional del relato, muestran la frontera con la idealización del mártir, por otra parte plenamente justificada visto el paso de gigante que el engranaje institucional dio tras su muerte. Pero todo lo que antes ha transcurrido se ajusta a una mirada respetuosa, pulcra, sobre el primer cargo público en la política yanqui salido de un armario muy oscuro. Más aún, el precursor de una nueva legalidad en un país modélico en el ámbito de la doble moral, de los ídolos de barro y los falsos sueños de libertad.</div><br /><div>No le falta coraje a van Sant. Su película circula racheada por vientos de cine valiente, sin coartadas comerciales, exenta de las mojigaterías que sí empañaron otros retratos <em>queer</em>. Para no ceder al bombón sensiblero, no se hace notar tras la cámara. Sólo los insertos de coloridos rótulos recuerdan los aires rupturistas de uno de los <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4xG2mKnTVqITZF3S_dnWZ1AMsLujUKlkliMrHMQ6e2M2wXuAAFCyKccUFQT48aJTLMyGP0W9JeLwIayuO1bOEzq32Cq8ZSXb4HI0jfvmdLtAHgLGcv5YVoM_7RFgcZttWumqeTLPmeBy2/s1600-h/MILK2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291261523380433026" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 289px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4xG2mKnTVqITZF3S_dnWZ1AMsLujUKlkliMrHMQ6e2M2wXuAAFCyKccUFQT48aJTLMyGP0W9JeLwIayuO1bOEzq32Cq8ZSXb4HI0jfvmdLtAHgLGcv5YVoM_7RFgcZttWumqeTLPmeBy2/s320/MILK2.jpg" border="0" /></a>adalides del cine independiente que brotó a finales de los 80 en línea paralela al <em>mainstream</em>. Mediante esa funcionalidad narrativa encauza los puntos álgidos en la escalada social y laboral de Milk, quien ya fuera objeto de un documental premiado por la sacrosanta Academia -THE TIMES OF HARVEY MILK (Rob Epstein, 1984)-. Han pasado algunos años, y parece que el terreno le era propicio al director para plantar un documento ficcionado que no soltara aromas de épica tendenciosa, en términos mercantiles. <strong>Radica el mayor acierto del film en su equilibrio visual entre la fórmula industrial y el aliento de experimentación, de búsqueda de un lenguaje propio, un modo insobornable de entender el oficio de cineasta.</strong> Una dualidad sobre la que viene orbitando la obra de un autor iconoclasta y siempre atrevido, tan venerado como objeto de rechazo. </div><br /><div>Película notable por su balanza estilística, grande por su honesto recuento de pasadas leyendas, aunque la parroquia de adeptos fuera minoritaria. <strong>La llama encendida del último tramo es tal vez el más arriesgado desliz dentro de un vigoroso ejercicio de homenaje que, gracias a la complicidad de un nutrido plantel de estrellas, sortea complacencias y deja que la historia fluya. </strong><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291261886999666914" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5QdLezS77l3Y5BnRZg9Lq2Fgt-CE9Ts_LCege2n5FNTj2bqIeGrr1MbtXfghhUZwTzHF63qol6pnle0ZPOY4cHYT238IjJYGdpC6m9ZlF4ikcC5LMO6CBm69E4HCu1Glo06uM91OCEkI7/s320/MILK4.jpg" border="0" /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5291261795072785122" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOXIuJGOnZrTe2yaEYH1EOJYloeAdtxAyJsfatV04P1EoM1WmBtWJUdHxr4klvpd7DB7SF_zfeERm3hTVKxKvG0IVwiEXye8jwQfwiAXs8IJCA6A1dH8BX1pwwfa8eG4yFmiH3xhdqdBJK/s320/MILK5.jpg" border="0" />Es por la locución para la posteridad del propio personaje -brillante Penn- por la que accedemos a los episodios de una lucha titánica en pos de la igualdad y el respeto. Algún secundario desdibujado y ciertas caídas de interés no ensucian una óptica atrincherada en las buenas maneras, no en soflamas a la defensa de la autoafirmación. Cine político, si se quiere, pero nunca politizado, pues revela un intento de testimoniar esa etapa de pañales democráticos, de revueltas, de motivos para esgrimir el diálogo como arma de persuasión. Fue el tiempo en que aún se combatía por esa dignidad tan prostituida treinta años después. Y no importa la inclinación sexual.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-38661521667041517502009-01-13T20:08:00.015+01:002009-01-13T23:41:48.259+01:00IL DIVO: el pequeño gran hombre y las alcantarillas del poder<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290875442276166034" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 222px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIakjcw8DqRc38wcY8C4VJpIdKqZqo3MX_bqbEq9VS7IF-d7oI7pGP-I_XGzlAxM-uuvnnnQPREFZMSSWMYCdn3txzdlyzQEfYUXPHgA75mRL2ZmBUIbt4SaMoIUT69sh2c8z2JcUeD97B/s320/ildivo.jpg" border="0" />Vienen a coincidir en cartelera, por obra y gracia del tino distribuidor, dos títulos que alumbran la terrorífica realidad italiana de la era moderna. La red de corrupción por cuyos hilos camina, en acrobacia virtuosa, gran parte de las instituciones y estamentos de un país enfermo hasta el tuétano, carnaza de palestras informativas y escarnios. Lo cierto es que un material dramático incrustado en la iconografía del cine es el que esboza los entresijos de esa doble vida de políticos, empresarios y demás fauna mafiosa. Las querencias morbosas hacen que esos retratos acaparen audiencias, a veces incluso se les dota de un falso halo mítico. La poética del terror institucionalizado. Las sibilinas, inaprensibles, etéreas artimañas que nutren las arcas del gobernante, por encima de barreras morales. Sin ética ni cortapisas. Caiga quien caiga. Apuntes de lo real para engorde de una ficción reveladora como pocas.<br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290907700773741682" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 221px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjX8rXtaoMalIGLk9c7Gq4KQHWywMipLYwPJ6533kSNnIAawxjKzy4oxrlNSltPYk-Nff6ZZsOnP77lm6wP7ZrGuQFDcU-lkie-pyW4V6X1VFGm4cV2BTILADVLsZsy_VBK8ujNXjPrQZO-/s320/divo1.bmp" border="0" />Si la laureada GOMORRA (Mateo Garrone, 2008) se planta a pie de suburbio para echarnos el aliento emponzoñado de la Camorra napolitana en su actividad tentacular por todo el estado, IL DIVO focaliza su atención en Giulio Andreotti, modelo de polémica, figura tan desconcertante como objeto de una fascinada mirada, en este caso de una película extraña. Pienso en el escaso cine político que gotea en las pantallas, si obviamos el que escoradamente roza asuntos de género. Alzar un personaje oscuro e insondable como el varias veces jefe de gobierno al podio de las estrellas mediáticas convierte el empeño en tarea digna de aprecio. Llama la atención que el <em>biopic,</em> hablando con propiedad,<em> </em>no sea tal, tiznado como está el relato de brochazos caricaturescos, <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoe5vdUEfkMbdj7xpQO3M8KNhuzuqHEMnOTfTlOeak5wIuDH26ItoAWfBI8svU_gZifPLotZTtgTsCGUNZqgf81O6MvJfXKgSe0lRWEkSXgvz9b_lG95LG-jQt6ucAoMqp_W5qp7wUUO3K/s1600-h/divo2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290907926916981426" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgoe5vdUEfkMbdj7xpQO3M8KNhuzuqHEMnOTfTlOeak5wIuDH26ItoAWfBI8svU_gZifPLotZTtgTsCGUNZqgf81O6MvJfXKgSe0lRWEkSXgvz9b_lG95LG-jQt6ucAoMqp_W5qp7wUUO3K/s320/divo2.jpg" border="0" /></a>podría decirse que propios de una gran farsa. La intención que late tras un montaje frenético parece ser la de extraer la vis cómica de un individuo con convicciones, dueño de un mundo interior que el <em>film</em> no termina de precisar. <strong>El enigma orbita alrededor del protagonista, embadurna los moldes de una crónica densa, por momentos atropellada, en la que nombres y cargos circulan en tropel hasta desgranar lo que se adivina parte de un iceberg inabarcable. </strong><br /><br /><div>Comparte con GOMORRA el aliento reflexivo al airear los atropellos éticos de las grandes esferas. Pero mientras aquélla elaboraba un mosaico de trazas documentales, grano fotográfico y cámara en el cogote de los menos tocados por la fortuna, <strong>IL DIVO no abandona la alta alcurnia política y la escruta con cámara inquieta, disfrazados los turbios recovecos del sistema con ropajes grandgignolescos que podrán irritar o entusiasmar a igual proporción.</strong> No oculta el festín visual un deseo de explorar la perversión hecha burocracia, el engranaje de relaciones e <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSCgFWMFdArYJSXiUhDX1Jip_22vPMmFXndrujbYwmz3qNroFGPCCw3DT8azqXC44q4Vxpy_Gag3IXBzEgElpDE_-WfMal71-lkcCCnNo26Yqw5wquK7diE7EdWMfwrPWoMXD6E_1vQxon/s1600-h/DIVO3"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290908329925760866" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 228px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSCgFWMFdArYJSXiUhDX1Jip_22vPMmFXndrujbYwmz3qNroFGPCCw3DT8azqXC44q4Vxpy_Gag3IXBzEgElpDE_-WfMal71-lkcCCnNo26Yqw5wquK7diE7EdWMfwrPWoMXD6E_1vQxon/s320/DIVO3" border="0" /></a>influencias para mantener el estatus, la óptica corrosiva al abordaje de una de las siluetas políticas más opacas del siglo. Ese abismo -relativo al empaque formal, no tanto al espejo de suciedades planteado- no impide que ambas películas ejerzan de alarmantes radiografías de una malsana trastienda que el humilde, el que ve sangrada su economía a golpes de impuesto y precariedad, apenas calibra.</div><br /><div>Es posible que la caústica estampa de este tipejo protegido por la ley como por ensalmo logre hacernos sonreír ante la frase ingeniosa o el gesto exiguo. Habrá logrado el director relajar la tensión hacia el testimonio de depravaciones y convertir al corrupto en leyenda del nuevo milenio. Los riesgos de hagiografía tan del gusto yanqui quedan también camuflados bajo el peso de un texto agudo, a ratos brillante, casi en todos sus tramos desolador. Sin embargo no conviene olvidar lo elocuente de un mal endémico extrapolable -y no es excederse- a cualquier otra realidad. No es raro que la sonrisa mute a tibia mueca al reconocer el alcance de los desmanes, los pliegues estrujados de una justicia con vendas, a todas luces inútil para confirmar sospechas y echarle el guante -todo seda y pulcritud- a este menudo y achaparrado Andreotti. De escalofrío, vaya.<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290908514008469874" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBY_kSC7aK-ROrErSK5jY3Jxk-NU-ZTBb2yMKM9IWNgXOVX-egN3qbbja3Z5ioJcaplR2D3xI7HF2Hp6mqV9V1Yf1TrrTJtH7GvxjPHa0ouQ17-aCU5iCaRpNzsvxadGTNyIRArI1w-jGq/s320/divo.jpg" border="0" /></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-63910910739938867762008-12-31T11:49:00.018+01:002009-01-13T20:07:18.595+01:00EL INTERCAMBIO: la grandeza de un clásico<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivEnThD5nkWzNuN4YbXJqcJuyYfU9izNkBF3PNh7gMvkaRrq3-fjZLCdenJHmMFHu-W_TS4mTMFWqeaLaznSaagkTds0M9kyG3taZheJo8pa9cU2lvcT-PFCrnBKqvUjNzwJFFg_84n4k/s1600-h/changeling-poster-800x1185.jpeg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290536336979630210" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 214px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEivEnThD5nkWzNuN4YbXJqcJuyYfU9izNkBF3PNh7gMvkaRrq3-fjZLCdenJHmMFHu-W_TS4mTMFWqeaLaznSaagkTds0M9kyG3taZheJo8pa9cU2lvcT-PFCrnBKqvUjNzwJFFg_84n4k/s320/changeling-poster-800x1185.jpeg" border="0" /></a>El último bastión del clasicismo cinematográfico pretende morir con las botas puestas. Se empeña el maestro octogenario en alentarnos con sus brochazos de humanidad, su pulso de cirujano, su nobleza. Como otro coetáneo, uno oculto tras gafa de pasta y figura menuda, ofrece anualmente una ración de sabiduría tras la cámara -a veces también delante- para que no perdamos el norte, a sabiendas de su casi extinta manera de entender el cine, que no es más que un modo de mirar el mundo al viejo estilo. Podría ser indicio esta fecundidad de algo que te granjea la experiencia, el estar de vuelta y el haber tragado desprecios y arrogancia. La libertad. Valor a la baja en un tiempo éste de transacciones sentimentales y lupanares de cultura, tiempos de estupidez a borbotones y cine de orgasmo rápido. Clint Eastwood permanece incólume a pregoneros del mal arte, resistiendo los mediocres embates de la industria desde su óptica serena y terriblemente lúcida del ser humano.<br /><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeINn7BFBp7bqNjneZJfhp2YFtBNCsf4HxH2U42_pML-RfJ8-AxLHVBg3SbvDDKLvSGq618uEglGkOlwngw4akI2mMf1EsbicKf7PVKlejBCykvp3BpyMJmIH7HIQgmq5RqH2s38QPah4/s1600-h/ELINTER1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290855281327608818" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeINn7BFBp7bqNjneZJfhp2YFtBNCsf4HxH2U42_pML-RfJ8-AxLHVBg3SbvDDKLvSGq618uEglGkOlwngw4akI2mMf1EsbicKf7PVKlejBCykvp3BpyMJmIH7HIQgmq5RqH2s38QPah4/s320/ELINTER1.jpg" border="0" /></a><br />La golosina de esta temporada -a la espera de su inminente GRAN TORINO- insiste en pellizcarnos la buena conciencia, como hicieran obras ilustres años atrás. Lo hace cambiando coordenadas de tiempo, no las físicas de esa Norteamérica sustentada en pilares de doble moralidad y corruptelas, de falsos ídolos, de miedos y manipulaciones, de fantasmas agazapados. Su nuevo regalo para amantes del buen yantar artístico reaviva la grávida y plomiza sensación de desasosiego que viene inspirando su cartografía del héroe anónimo en lance con el destino. Peligrosamente seducida por los dulzores de un producto de sobremesa llorona, EL INTERCAMBIO se eleva al rango de gran tallaje.<strong> Obra de fuste y con la suficiente garra narrativa como para lanzarla al saco de convenciones y tropelías sensibleras tan del gusto de las televisones, tan adictivas para los conformistas como inanes para el cinéfilo de cata.</strong><br /><br /><div><div>El rostro frágil, la silueta trémula de una Angelina Jolie menos glamourosa que de costumbre abren paso a un retrato veraz, contundente, sinuoso de los recursos a los que una madre se <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB2QTpUi6vt2i30f0HjgMAkBItaSF6cQDMVN8CIv3RFkQOYv93OhwI-Gh_brxDvV9Ped3GpHGLlrUKI3DZxH8OunQ2uKasmzE1foWjohAjn45H07v0iW-3dzfmg-yYadLZiRXFEDGfyns/s1600-h/ELINTER3.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290855448206340050" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 266px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhB2QTpUi6vt2i30f0HjgMAkBItaSF6cQDMVN8CIv3RFkQOYv93OhwI-Gh_brxDvV9Ped3GpHGLlrUKI3DZxH8OunQ2uKasmzE1foWjohAjn45H07v0iW-3dzfmg-yYadLZiRXFEDGfyns/s320/ELINTER3.jpg" border="0" /></a>aferra para recuperar a su hijo desaparecido. Podría, con otro timonel, haber naufragado un esquema propenso al cauce fácil, según promete un rótulo que advierte de que los hechos acaecieron realmente. Pero Eastwood capea la tentación de rotular el drama y prefiere que todo discurra de modo natural, como si lo escabroso, lo sensacionalista del asunto se despojara de malignas connotaciones. <strong>Queda el honesto ejercicio de cineasta como transmisor del engranaje siniestro de una sociedad podrida hasta el tuétano, esa ciudad luminosa tras cuyos neones y <em>flashes</em> se ocultaba la silueta de mezquinos, la maquinaria turbia que alimentaba al poder.</strong> Es precisamente esa otra intencionalidad crítica la que soporta una anécdota -escalofriante, tremenda- digna de engordar la crónica de sucesos de la época. </div><br /><div>Es experto el maestro en perforar la superficie de lo cotidiano para aspirar turbulencias del alma. Lo consigue esquivando la metralla semántica, los oropeles, la fanfarria barata. Cuando adapta textos ajenos, su sentido de la honradez se multiplica en personajes poliédricos que engrandecen sus minúsculas existencias hasta límites épicos, la grandeza del perdedor en su titánico combate para mantener a flote una dignidad masacrada. En EL INTERCAMBIO, la tragedia doméstica deja paso a un soberbio paisaje de la hipocresía y la arrogancia de las fuerzas policiales, empecinadas <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguDVeDhlHM6brcgzKN-vYqz6B_-XHPRRwRRsklvEYWLAXXF_7LUSYTAOZy7kOekVr9Eh3RhCULFltxSbyGbKuj_ujbDPpAlXQa7zNdwFdC9tNnXsdv7kjRC2BBQIN4VxwYjtQ1vRrb0Ps/s1600-h/ELINTER6"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290855804192062354" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguDVeDhlHM6brcgzKN-vYqz6B_-XHPRRwRRsklvEYWLAXXF_7LUSYTAOZy7kOekVr9Eh3RhCULFltxSbyGbKuj_ujbDPpAlXQa7zNdwFdC9tNnXsdv7kjRC2BBQIN4VxwYjtQ1vRrb0Ps/s320/ELINTER6" border="0" /></a>en mantener lavada su cara frente a la prensa, cubriendo las espaldas ante una opinión pública maleable, timorata. Sutilmente, ajena al énfasis, se desliza una condena a los métodos denigrantes que las instituciones médicas aplicaban para atar en corto al disperso, el control feroz, inclemente, de esas piezas desencajadas de un sistema hundido en fangos de corrupción. El perfecto marco para que otra de sus heroínas, labios carnales y mirada afectuosa, demuestre el hedor de la justicia desde la única trinchera válida para afrontar sus abusos. La integridad de su amor materno.<br /></div><div></div><div> </div><div>No faltará quien juzgue de mecánica emocional un modo de rodar que, en su rechazo de la impostura, apenas innova. Habría que rebatir semejante idiotez recordando que los más insignes nombres de la profesión, ésos que habitan párrafos de enciclopedias, también hallaron su identidad desde una fórmula propia para vehicular ideas y experiencias. Un camino personal por el que pisotear la realidad, exprimirla, hacerla arte. Otros, desde la gamberrada, el supuesto vanguardismo, la ortopedia o el postizo, también se llaman creadores. Incluso se les baña en premios y alabanzas. Sinceramente dudo que el autor de esta disección lúcida de un tiempo y un país pueda acomodarse en categorías. Su oficio, al <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsiUCV_rnXK8pZtPa2UPfPN8zwKy8H0mEFU_FHQyCLIgMcqWw_R__cuukfYvMH9LQJnwMIyQ4tXYBozAiWcoTVsSJMk_Dv34MuP4QHVh3XWfm-6FrWriDxoIj47SvVuvN2wuL5S3N5-X8/s1600-h/ELINTER2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290856019414152530" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhsiUCV_rnXK8pZtPa2UPfPN8zwKy8H0mEFU_FHQyCLIgMcqWw_R__cuukfYvMH9LQJnwMIyQ4tXYBozAiWcoTVsSJMk_Dv34MuP4QHVh3XWfm-6FrWriDxoIj47SvVuvN2wuL5S3N5-X8/s320/ELINTER2.jpg" border="0" /></a>modo de una vieja especie a punto de fenecer, es de los que alumbran los recodos éticos del espectador, lo mísero y lo sublime que todos escondemos en una armonía tal vez insospechada.</div></div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-5702945481169627312008-12-31T11:48:00.017+01:002009-01-01T01:01:45.960+01:00FLAME Y CITRON: viejos fantasmas, firmes ideales, y la amistad que dure<img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285976628161820418" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 234px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3ToTsODp3pg8aBkJg71rc3WadaEEqw6PlylK9coMjINuvVq161hqGMpxJ_mls6HbTc_lMugxt-Al96e3oSPcg1b0z2Pb-C0asNVSbuTQQDxdQDlBbFP6s1vSBdBAO_3MCX6Gi0yvgk2Q/s320/FLAME.jpg" border="0" />La corriente histórica del cine de <em>qualité</em> europeo engendra de cuando en cuando algún producto de fácil digestión, sazonado al punto de una narrativa férrea, modesto dibujo de psicologías y un justito condimento estético propio del <em>thriller</em>, el género más dúctil para encauzar revisiones de tiempos y batallas. Un pródigo Paul Verhoeven retornaba hace poco hacia las escarpadas sendas del pasado de su Holanda natal y se atrincheraba en la aventura bélica de canónica factura. En EL LIBRO NEGRO (2006) nada deslumbraba, pero el cúmulo de sucesos atropellaba un relato adocenado, consumible sin resaca de terceras lecturas, hecho por y para el disfrute del personal. De paso endosaba un rango autorial a lo que no dejaba de transpirar sudores de <em>telefilme</em>, bien orquestado y exento de vanidad.<br /><br /><div>FLAME Y CITRON cambia Holanda por Dinamarca, pero el trasfondo sobre el que orbita su argumento tiene los mismos colores de infamia, idéntico hedor a pólvora, iguales dimensiones de tragedia. También se empareja con la de Verhoeven en su concepto del relato asumido desde lo <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzKToEt5TSROR_vLvqzCF1isq4rI-1EVeoDZvGVLmu7AOPFj3IE7HbExFN0EN_waUTMihmkozlnk86chBDEQZC-D3Xcmg5eV8UQDtQx2as-iWzglraJ5J_X3fZVSnZbCmH3ksKdvWqrm4/s1600-h/flame1.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5286009815503196834" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 211px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjzKToEt5TSROR_vLvqzCF1isq4rI-1EVeoDZvGVLmu7AOPFj3IE7HbExFN0EN_waUTMihmkozlnk86chBDEQZC-D3Xcmg5eV8UQDtQx2as-iWzglraJ5J_X3fZVSnZbCmH3ksKdvWqrm4/s320/flame1.jpg" border="0" /></a>clásico, en cuanto a recipiente de asuntos que van desplegándose, en una lineal y admirable concatenación de hechos y efectos hasta el cierre, más o menos concluyente, ambiguo o memorable. La historia de los dos resistentes daneses en el gran conflicto armado del siglo que sajó el orden del mundo es, ante todo, puro cine. Más bien reivindica el cariz lúdico de este arte llamado el séptimo, su noble entretenimiento -nada que ver con los mamotretos descerebrados-, su firme, nunca autocomplacida bandeja dramática. Y, corriendo los (burdos) tiempos que corren, es algo más que loable.</div><br /><div>Da mucho juego el marco intrigante de un nazismo fantasmagórico, cuyos tentáculos riegan de vísceras las frías callejuelas, los sombríos esquinazos de la vida. Ole Christian Madsen pulsa con solidez las teclas de la memoria pero no se arrima al documento historicista ahogado en pretensiones. Apenas se intuye en su película un ánimo por sentar cátedra, adoctrinar o escorarnos a ideologías mascadas. Prefiere el danés contornear sus criaturas y darles entidad desde ese escenario teatral, ceniciento paisaje que <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiO3opgb6glLo40_h9AvdciArDhn6YyIIUGdlUk1EFDFc6eaClbnDNZGIAkClCqAGRDwnCSQF6ESuDIrHiwn5RXBm6PXXUU_2er-LiDj0yjdhAzOX8TejaUy2Lx3n4aCUV2r2sGCjzmrWY/s1600-h/flame2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5286010072417048658" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 214px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiO3opgb6glLo40_h9AvdciArDhn6YyIIUGdlUk1EFDFc6eaClbnDNZGIAkClCqAGRDwnCSQF6ESuDIrHiwn5RXBm6PXXUU_2er-LiDj0yjdhAzOX8TejaUy2Lx3n4aCUV2r2sGCjzmrWY/s320/flame2.jpg" border="0" /></a>asusta en su tremenda precisión. Es ésta una aventura sin coartadas ni concesiones, el ancho gozo de contarnos los azares y destinos cruzados de dos amigos, su contienda común por defender grandes empresas. <strong>En ese discurso acompasado, en ningún instante víctima del frenesí tan goloso para algunos niñatos con cámara, la dualidad psicológica enriquece el mero festín narrativo y va orientando nuestra mirada, gratificándola a golpes de sabio control visual.</strong> No hay embarullamiento, ausentes están las pedradas a la inteligencia del espectador. Lo que aquí transcurre se llena de equilibrio entre el pentagrama intenso que sirve de decorado y los acordes serenos con los que estas figuras del horror y la injusticia, de los ideales robustos y la conciencia, quedan perfiladas.</div><br /><div>Uno podría equivocar el juicio sobre el film, dejarse arrastrar por erradas sensaciones de mecánica en la forma de relatarnos la fábula atroz. Insisto en que Verhoeven se destapó los aires de trascendencia y abogó por la desnudez formularia aunque efectiva de su crónica de espionaje. Lo mismo sucede en uno de los títulos que -es un presentimiento- mayor desprecio sufrirá en taquilla. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5286010393924040146" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgURauKTP4ESU3uQ0k7aHQw-_nsUrHevwzxk3WTwh4ETZgShh0BZIR3fBw3Vc0HQcOIKV4FpAMnoUtflyDw6T8t3rElrECQIKIlcZN9DWst0d3_awBbL-VQxVZQ7WGSLd8m8ZFoBNGKPEI/s320/flame3" border="0" /><strong>Enterradas las toscas moralinas, obviado el prisma maniqueo de estos seres ya asentados en el pedestal de las leyendas, queda un coherente repaso por las encrucijadas vitales de dos personajes no ajenos al miedo y la esperanza, a un sueño de libertad y a los diversos matices de la lucha. </strong>Obra poliédrica que rechaza de pleno el torpedeo emocional, prefiriendo el dosificador, el goteo incesante y cautivador de las pequeñas hazañas hasta configurar el cuadro final, tan grotesco como en realidad se reveló. </div><br /><div>Si en un principio se acerca al precipicio del estereotipo y la marioneta sin alma, a los márgenes difusos de una hagiografía descafeinada imbuida de una falsa (y cómoda) épica, salva los muebles el director haciendo acopio de un sobrio discurso formal, un respetable empaque artístico como respetuoso es su exorcismo de espectros e ilusiones del pasado. A algunos parecerá gélida, incapaz de dar calor al torbellino pespuntado sin apenas tregua, sin que la morosidad empañe el ritmo. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5286010664227227954" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi87iscw49BzlA_Ih7HObM5NuFrhD_WS2A5BtN3lBtV7bChQ-G6emCsqO5gk94x6b_U1o4qCnVm5W-t_jhaTLsPnF_qV0QkyTvQ7LJb5Njy5o_29GILFumkqDsn-nS1LY6kaw_K9w2r2g4/s320/flame5" border="0" /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5286010961852550290" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 212px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgVPr_atc8C-v6dQ6I4BQ4VfLjmVUgr_-H_DrBcdtj0VhbNtEXEayldGEztmJjIlo3mXSn_xTOfglI_MGj7TkqkIeEQXZyKlYlFr8YwHk5KtEEl4x7nEduJ-dPk7pSPC2JgGOHo2dN7Axs/s320/flame4" border="0" />Pero tal vez sea más vitamínico este cine discreto, equidistante entre lo tenebroso y lo heroico, digno por habitar las antípodas del mercadeo de baratijas. Son de agradecer radiografías de antiguas vilezas y convicciones cuando no desprenden los molestos tufos de la manipulación, ya sea a nivel humano o en los resortes aparatosos, estridentes, casi siempre huecos con los que ganarse la venia del público.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-25574162415472688722008-12-31T11:47:00.009+01:002009-01-15T22:36:27.547+01:00BUSCANDO UN BESO A MEDIANOCHE: jo, qué fin de año<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqFHXvKTj4VQHiBU8S775Aj_0WyNG9JDdwgI_sb3JYiKifK57mC6-FGP6hX5QiDnYnqIDjR9WNScg-AmyXNL63AiIrv2Uq9WHDvyQc-otjT2evteJ7KVud1YUpnfF1X9i5ohc9Qm78dZ0/s1600-h/BUSCANDO.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290493589396876578" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 240px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqFHXvKTj4VQHiBU8S775Aj_0WyNG9JDdwgI_sb3JYiKifK57mC6-FGP6hX5QiDnYnqIDjR9WNScg-AmyXNL63AiIrv2Uq9WHDvyQc-otjT2evteJ7KVud1YUpnfF1X9i5ohc9Qm78dZ0/s320/BUSCANDO.jpg" border="0" /></a>La que enseguida se ha distinguido como obra revelación en el circuito <em>indie</em> del cine norteamericano tiene condiciones para serlo. También intenciones, vistas los trazos con los que se ha puesto en pie una variación <em>cool</em> de la comedia romántica, género donde ha cabido todo desde que el cine es cine. No hay mejor indicio de esta declaración de propósitos que el uso de una fotografía en blanco y negro como cauce estético del excéntrico dibujo de personajes en una cascada de situaciones imprevistas, un punto graciosas, otro punto surrealistas, pero siempre encaminadas a ganarse al respetable. Si se asume esta opción estética como la idónea a la hora de hacernos circular por las venas de una noche loca, el asunto entretiene, incluso se produce algún brote -discreto, tímido- de emoción.<br /><br /><div>Apunto en el encabezado un título mítico, dicen que obra menor del maestro Scorsese, aunque sea una de las más arriesgadas, estrambóticas y gamberras de su carrera. Por aquéllo del juego de referencias, la nombro en su horrenda traducción como expresión cristalina de lo que en esta pequeña película podemos ver. No tanto en la exactitud de tramas, antes en la locura que se desata y arrastra al espectador. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290517468444070450" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 180px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbUC0UkOlTeiPmwTjmvQLk-QuAltoL2mv3UFVIGy016ZR02MLIKhcQmJ5qPiIGrNTgK3fHRXLS8uu4oIW0CZnCROPasPR3n4mz85g-YwftixFf33GtIED8K2iPjuqRuGx4TXGHZ5sehSg/s320/buscando2.jpg" border="0" /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290517640655925298" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 180px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgeiLK3OUlTU93mXHLJgj8r8xaIcaFozhy3Fndc-q4ttKcObA17Z5-9_uGsTXT8Z5qrCP9qvJh8x9vHX3vSo14WHfH3NE6yp1z4p01UEI0Js8ASyxEg805Usl4xMMwymR9HXmfukXWUr5w/s320/buscando3.bmp" border="0" />El debutante Alex Holdridge maneja personajes a la deriva sentimental, igualmente marcados por una relación pasada, que se adivina turbulenta y servirá como bagaje para afrontar el encuentro desde su común naufragio. Parece serio, pero <strong>prefiere la historia relajar carga reflexiva -que alfombra su entramado <em>naif</em>- y contarnos un cuento de soledad compartida, de azares caprichosos y mutua liberación desde el trazo irónico, la frescura invadiendo cada fotograma, evitando caer en las manías de cierta producción de autor, complacida y complaciente en su transgresión de convenciones.</strong></div><br /><div>El resultando ofrece un agradable repaso a esa edad de teórica madurez, económica y afectiva, y deja claro que no siempre se tiene lo que se desea. O que la vida, antojadiza, nos coloca frente las narices súbitos resortes para dejar de verlo todo mustio. Nos dejamos llevar por un guión simpático, vacío de pretensiones, a tramos incluso tocado por líricas fragancias. Si narrativamente no deslumbra, al menos nos ubica en un paisaje de Los Ángeles reminiscente del genio Woody Allen y explota toda la fiscidad de la noche más lúdica del año, la última. <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290518007145283042" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 181px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4aJ0xrlgObGQmVNooYIZ40YgBxu3NcN-S0PvNAA4IFYMXmI2UbdW1A0Q37sNclWzgSP5bLotfnhBbSg3ekqKXqgyfINvQU7dydfutffX2eEL0d2xIuKmaZarjASlWzdImErwfuYxVLdI/s320/buscando5.jpg" border="0" /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5290517885822897650" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 179px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjbdI1vgzJcU51mtuleiq9naDN9m-1-uqE3gnd8tXyS80ogqs8A4cWH5dpe1jyxspWFdkalQrnOinP5z3KrA9Wl4ei-XcAKZNzelB8d8T8FHswXe9v0Lr3TgGwW_NEeqtyXrD__cow4dp8/s320/buscando4.jpg" border="0" /><strong>Nos contagiamos de la mirada melancólica que empapa una aventura entre dos desarraigados del amor, ansiosos por descubrir mutuos asideros, aún sabiendo que el asunto no tiene visos de perdurar</strong>, por mucho empeño que se haya invertido. Soterrada, late una modesta radiografía de los recursos urgentes del sentimiento en este nuevo siglo digitalizado y feroz. No hay hueco a intelectualismos ni banalidad. Es el mérito de una pequeña sorpresa cinematográfica que -presiento- apenas meterá el hocico en las voraces fauces taquilleras. Lo paradójico es que se la precinte con lazos de obra minoritaria cuando el subsuelo de la comedia se rellena de algo tan universal, tan grotesco y necesario, tan divertido y tierno, tan reconocible como el afecto entre extraños.</div>Unknownnoreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-75922975536623193822008-12-30T20:53:00.023+01:002008-12-31T10:28:33.581+01:00ROCKNROLLA: el mismo ruido, las mismas nueces<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYRH6RrUSI3PfDwh-wUjfhyBmEIExslYYiYeC1rK10lO2E2ka_CCBQMW0h3YchRsrCK3x9bRwFzeU40id3miDDyGLUDDjRx4sqm9GGZu9whnWLguHFCUWd-V12xyDXEW2qgdkje5o3nDc/s1600-h/rocknrolla.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285750782592486770" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 216px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiYRH6RrUSI3PfDwh-wUjfhyBmEIExslYYiYeC1rK10lO2E2ka_CCBQMW0h3YchRsrCK3x9bRwFzeU40id3miDDyGLUDDjRx4sqm9GGZu9whnWLguHFCUWd-V12xyDXEW2qgdkje5o3nDc/s320/rocknrolla.jpg" border="0" /></a>Uno de los fértiles cultivadores de la mirada moderna del cine, entendida en su menos noble acepción, sigue siendo este niño grande dotado para el espasmo visual, para aquéllo del lustre radiante con que encubrir inmensas vaciedades. No tardó en brotar, cegado por el destello de un debut menos ingenioso de lo que se vendió, un enjambre de acólitos dispuestos a hacerle hueco en la historia de la industria -el rango de arte mejor obviarlo-, espacio aún raquítico de méritos y aporte genuino más allá de un manierismo estético bastante provocador para el rebaño palomitero.<br /><br /><div>No se le puede ni debe negar a Guy Ritchie cierto talento a la hora de ametrallar al respetable con su traca de artificio, de hecho pudiera ser el más apañado de la última caterva de directores<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiziwJlA1gWaRFwZ1VUnEQ1vMrsoxGZg_V9jv3_Uj3av2zHj5BURLE55g6pyyrA071mED4-a62v2IntWNzodkOoUBFy6EK4uIZJb8dF9PbyR9l19bWI2NXBX-pJQu2vheJm5fuCAjKolFo/s1600-h/rockrolla2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285753367396693714" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 212px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiziwJlA1gWaRFwZ1VUnEQ1vMrsoxGZg_V9jv3_Uj3av2zHj5BURLE55g6pyyrA071mED4-a62v2IntWNzodkOoUBFy6EK4uIZJb8dF9PbyR9l19bWI2NXBX-pJQu2vheJm5fuCAjKolFo/s320/rockrolla2.jpg" border="0" /></a> si se trata de hacer rutilante la estupidez. Lo cierto es que su bagaje publicitario le permite firmar auténticas banalidades formateadas con lenguaje <em>speedico</em>, contundencia narrativa y diestro aderezo musical, la receta idónea cuando las neuronas se arrinconan en la mesilla antes de acudir a las salas. Pero también es evidente que tras esa fórmula pretenciosa, de una frescura milimétrica, precocinada hasta el tuétano, se descubren verdaderas muestras de astucia comercial, por otra parte necesaria para que brillen aún más los rasgos de genio de otros autores escorados hacia arcenes de sutileza, los verdaderos maestros del buen arte cinematográfico.</div><br /><div>Habría que rascar el caparazón de su nuevo bombón taquillero para descubrir los mismos compases del vacío que en anteriores piezas se desplegaron. Revelada la escasa dimensión de <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285753530030817794" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 243px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3ZqWQWNuj3zS_NfdyFpSB2rT9iLWMW1oq35JDBlgy8kT2Sbv02OT2tX44r4xZJT-dOIr5lfqFM8gdZDtVT3MsZdT-QYzyRttPEk-WfbAgwTQO02zwbA-7R05Nl64Y-M2umvrwRzh5-pw/s320/rocknrolla1.jpg" border="0" />unas costuras formales diseñadas para aturdirnos, puede concluirse que Ritchie se mantiene en sus trece de juguetear con la cámara en una eterna gamberrada cuyos trazos gruesos apenas dejan espacio para acentos críticos o soterrado diagnóstico sociológico. En el fondo da igual el matiz de turbiedad con que quiera embadurnar ambientes y personajes, ya que todo termina siendo una gran broma, la apología de lo intrascendente, su reivindicación, su puesta al día. No es cine el suyo amueblado de nobleza, no engrosa el estante de obras hechas para el desgarro y el estirón emocional. Ni siquiera merece un remoto esquinazo en la memoria. Es el suyo un cine incendiario, no tanto por ofrecer visiones arriesgadas del mundo y sus criaturas -tan idiotas, tan irresistibles-, más bien por diluir sus propuestas en una eficaz combustión de recursos de discutible nivel creativo. </div><br /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285753892239500722" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnUN0kuvXold6Ln_lURwgi4ryLSJV6y3nxDFwXzdrfMgE0yzjQWDCNUn6gEwletqo_lrkcJ6V-FPHMwV2URk7HCpJWeVgeSw42Hodw7IWQ5-xD-tOyG06v4k9VLOFljzZnP_98kds2MC0/s320/rockrolla4.jpg" border="0" />ROCKNROLLA, como se pudo ver en LOCK & STOCK (1998), como confirmó SNATCH (2000), reinventa poco, tanto en estructura dramática como en su lenguaje, definitivamente los pilares que sustentan y definen el oficio del cineasta. O al menos no altera las formas del espectáculo aparatoso que lo lanzaron para alborozo de algunos. Lo cierto es que <strong>despide este relato criminal un molesto tufo autorial codificado desde el ruido enlatado, la fanfarria y la saturación, el impulso frenético. </strong>Casi todas las opciones visuales terminan pareciendo puro postizo, fastuosa maraña de recursos tras la que ocultar uno de los alegatos a la grandilocuencia más mimados por los estrategas del <em>marketing</em>. Venta de humo cincelada a trazo esquemático, próximo a la parodia chusca disfrazada de Armani, con tal de conferir cierto aire elegante a memos casi simiescos, incapaces de transgredir por encima del eructo y el golpe bajo. Aún sabiendo el corto alcance de<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdPAE7Jc33bZb3vF9jDNngN2izeONxLEMQPovzhBQ4j5FkIzQQWxB9lOc4kKS3Ngxnha_s-D7wVHuCcV7Rr8gHbsR9UArhoblpCDeOh4ax21ruFa165bngqdyQxmqyLwAcNrxZFJ2xB4A/s1600-h/rocknrolla3.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285754948031687394" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 228px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhdPAE7Jc33bZb3vF9jDNngN2izeONxLEMQPovzhBQ4j5FkIzQQWxB9lOc4kKS3Ngxnha_s-D7wVHuCcV7Rr8gHbsR9UArhoblpCDeOh4ax21ruFa165bngqdyQxmqyLwAcNrxZFJ2xB4A/s320/rocknrolla3.jpg" border="0" /></a> su dibujo suburbial y canalla, pese a reconocer el mecánico trayecto por planicies cerebrales sin oasis de lucidez, el resultado engancha apoyado en la maquinaria argumental, cuyas vueltas de tuerca van perdiendo fuelle y consiguen revelar los estirados pliegues del entramado, la flexibilidad de la nada.<br /><br /><div>Tal vez sea más práctico esquivar cualquier análisis que no se base en las formas de una travesura sólida, firme, equipada para entusiasmos facilones. <strong>Una recaída en los tics cocainómanos marca de fábrica, en esa suerte de diseño robusto y burbujeante por el que filtrar estilizadas revisiones de arquetipos del género negro, ahora más que nunca aliviados de dilemas éticos a espaldas de la ley. </strong>Muy razonable será quien aduzca talento casi tarantiniano en esta obra coral, excesiva y <em>cool</em>. Muy acertada es la comparación con el <em>enfant terrible</em> del <em>mainstream</em> yanqui, es su escritura sin complejos la que aquí asoma, es la textura de su imagen, toda su atmósfera tiznada del más azabache de los <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCpmfkXlUR0XmizIB8XOgtqVBcnFNWnO_ZjUdWtcpVDcepTYOM6bE-pzM940l6VLFU3c92KpzFB0Sl1eMWBOqE4-iL-zkju4huV2RuKptJLfboNJtNU6nihvnKMYa2DTMwvkZ_HQd0UjA/s1600-h/rocknrolla5.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285755170034714834" style="FLOAT: right; MARGIN: 0px 0px 10px 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhCpmfkXlUR0XmizIB8XOgtqVBcnFNWnO_ZjUdWtcpVDcepTYOM6bE-pzM940l6VLFU3c92KpzFB0Sl1eMWBOqE4-iL-zkju4huV2RuKptJLfboNJtNU6nihvnKMYa2DTMwvkZ_HQd0UjA/s320/rocknrolla5.jpg" border="0" /></a>humores. Y también una cierta arrogancia mimética de esquemas y soluciones de títulos más serios, pervertidos con las notas estridentes de una sinfonía caricaturesca, barriobajera y lenguaraz. Puesto a la tarea de transcribir moldes, Ritchie se acomoda en el alcantarillado londinense, confeccionando un universo anclado en el refrito estilístico, con la complicidad de un manojo de actores desprejuiciados y un irrefrenable sentido de la explosión de gas como motor de la farsa, al final ahogada por la sobredosis de ínfulas vanguardistas.</div>Unknownnoreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-2436036434480186790.post-74577828015685412052008-12-24T17:28:00.017+01:002008-12-31T02:32:58.056+01:00CUESTIÓN DE HONOR: rutinario descenso a las cloacas<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5GOL3PCD1CGscUIPOZDnngSswVmavmApZ-Tyxiwm0QcMVGj8dPOOiHUnnekI46E_sXUz3mDh3FPQldcfA8hiXnUZ7R06i7_ZuEkBPvXOqwoDshTTtaiZgEWE-8AgoKBCkTMeU8Gz9hHs/s1600-h/cuestion.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285744899299836146" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 230px; CURSOR: hand; HEIGHT: 320px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh5GOL3PCD1CGscUIPOZDnngSswVmavmApZ-Tyxiwm0QcMVGj8dPOOiHUnnekI46E_sXUz3mDh3FPQldcfA8hiXnUZ7R06i7_ZuEkBPvXOqwoDshTTtaiZgEWE-8AgoKBCkTMeU8Gz9hHs/s320/cuestion.jpg" border="0" /></a>Sigue siendo muy prolongada la sombra de un <em>noir</em> bajo el que se refugian guionistas y cineastas para cuestionar la intocable integridad policial de las grandes urbes norteamericanas. La soberbia radiografía de James Ellroy que un inspiradísimo Curtis Hanson vertió en su mejor filme y uno de los cinco títulos más redondos de los 90 (L.A. CONFIDENTIAL, 1997) sentó las bases -eso sí, de irreprochable magisterio- para una resucitación sin fisuras de todo un imaginario estético como rotundo embalaje de trayectos morales menos sólidos. Ha sido -y no es difícil augurar la futura dificultad para igualarlo- el punto cenital en la representación que la industria del cine, ajena al artificio vacuo que suele impulsarla, ha hecho de corruptelas en las fuerzas del orden público.<br /><br /><div>Dejemos a un lado sonrojantes intentos por escarbar en terrenos tan cenagosos y retengamos las aproximaciones más <a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhP4TpLHs862EHSbC8ebNDHgpC3Sf25lcr52AXwdCzj2-PvonrMcYjCWRhI-tJmaY7G2Ij0pBUMY2CKIM8F1kf1cOiyo7dvZx6DF6TjhDvxuBsGYz1SQ38qUxRWhSDWNSJer4nhliaLjkI/s1600-h/cuestion2.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285745523715328354" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhP4TpLHs862EHSbC8ebNDHgpC3Sf25lcr52AXwdCzj2-PvonrMcYjCWRhI-tJmaY7G2Ij0pBUMY2CKIM8F1kf1cOiyo7dvZx6DF6TjhDvxuBsGYz1SQ38qUxRWhSDWNSJer4nhliaLjkI/s320/cuestion2.jpg" border="0" /></a>o menos dignas o sutiles o respetables a un espectro temático que habita a sus anchas en nuestra memoria. LA NOCHE ES NUESTRA (James Gray, 2007) y DUEÑOS DE LA CALLE (David Ayer, 2008) servían no hace mucho la siempre golosa madeja de impulsos de tan humano calado que acababan siendo el motor del descalabro de todo un código de valores, de efectos aún más sangrantes por brotar en el seno del cuerpo policial. Ahí es donde esta nueva pieza de género se adhiere sin complejos, haciendo de la mímesis su mejor garantía, pero también el lastre para que una cierta mirada innovadora se desvele tras la fanfarria orquestada. Si no para alcanzar cimas revisionistas empapadas de eso tan inaprensible como es lo legendario, los artífices de CUESTIÓN DE HONOR -título explícito donde los haya, despliegue sucinto de intenciones- han dispuesto un material clásico en fondo y forma con el único objetivo del entretenimiento sobrio, urdido sobre claves espaciales, narrativas y humanas innegablemente atractivas, pese a contar con pocos resquicios donde dar cabida al entusiasmo.</div><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2SBKMNQXUtCW7P9gQWxYaOahYHPy_1eiXJjRypN0dPqf7oOvsrjItMGPf40rPqKZKgChAxfelGgasSmUfiTE2bF53Os6jI-xmUdRCk6b9sLnA-k2I_z-Gc3U1mQImLFtA77xrmlhlrjc/s1600-h/cuestion3.bmp"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285745965336512034" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi2SBKMNQXUtCW7P9gQWxYaOahYHPy_1eiXJjRypN0dPqf7oOvsrjItMGPf40rPqKZKgChAxfelGgasSmUfiTE2bF53Os6jI-xmUdRCk6b9sLnA-k2I_z-Gc3U1mQImLFtA77xrmlhlrjc/s320/cuestion3.bmp" border="0" /></a><br /><div><strong>La óptica que descubre una trama digerida hasta la saciedad, con su bajeza ética, con todos los sucios rincones de una moralidad pervertida a golpes de avaricia y mezquindad, deja escasos repuntes de brillantez por debajo de de su arquitectura visual.</strong> Y es que no trasluce este policíaco intenso y adiestrado más que ese leve latido de complejidad, a la postre de escasa enjundia si se trata de hacer retratos turbios de escenarios nocturnos, azulados callejones, siniestras pátinas de cotidianeidad. Un argumento estirado como gominola eficaz hasta que la glucosa de su cámara potente, el regusto sabroso de los dilemas esbozados y el carisma de un plantel actoral ajustado se muestran como férreos pilares de un relato en sí mismo convencional, de ejecución astuta pero igualmente exento de personalidad.</div><div> </div><div></div><div></div><div></div><div></div><div></div><div>Es habitual en productos incapaces de deslumbrar como apuestas insólitas o desgajadas de los cauces dictados por el <em>mainstream</em> que la factura<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAsgNX9MhbO9JXflQh3bJ2fyYq5TPLItRaXCqe6wTBYkD5n02WdyEzc8UOBehI7IW9P1nrVhz24RyLBKMRdLQBs4NtGXNnhJ4VD7c_y-9fRrrBK7odzGtiXbBAKpdxVpNPrIu0Gk7fYtI/s1600-h/cuestion5.jpg"><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285746280561480146" style="FLOAT: left; MARGIN: 0px 10px 10px 0px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjAsgNX9MhbO9JXflQh3bJ2fyYq5TPLItRaXCqe6wTBYkD5n02WdyEzc8UOBehI7IW9P1nrVhz24RyLBKMRdLQBs4NtGXNnhJ4VD7c_y-9fRrrBK7odzGtiXbBAKpdxVpNPrIu0Gk7fYtI/s320/cuestion5.jpg" border="0" /></a> técnica acapare atenciones, eclipsando la posible reinvención lingüística, quizás también el <em>lifting</em> en las coordenadas argumentales amasadas con ilustre tino por hermanas mayores. Por ello caería dentro de lo memorable -aunque no llega a caer- el pulso con que Gavin O´Connor arremete contra desórdenes de chapa y pintura, delineando no sin ínfulas autoriales los acordes de una partitura en ningún momento tocada con varitas de genio. <strong>Su película no aburre, pero está lejos de arrebatarnos el ánimo, moldearlo mediante el torbellino emocional y obtener, punteada con el portaminas del oficio, una obra grande. Todo huele a mecánica, lección bien asimilada, discurso aprendido.</strong> Hace tiempo que los nuevos tiempos trajeron nuevos bríos en los cuentos de la miseria y sus modos de expresión, razón que induce a exigir tirabuzones en ejercicios de semejante ralea. Si no se descubre el virtuosismo literario junto a la contundencia estética, la acrobacia psicológica frente al impacto fotográfico, la densidad bajo el rutinario catálogo de acciones y reacciones, la ilusión <img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285746711953568402" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 212px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEmiVXvHngooEDnOCKK7Eogv-FPGd5vNoqYowpYZ1dm4PE4cz08eFdnP-gnXQq0ZbCEDK_YF3ydt30L-95tWmN0kGa-UFoUZpCWZptB53-D1J_OPFBL9ZG0D3-MBUICpwUAEJKRqcDHYM/s320/cuestion6.jpg" border="0" /><img id="BLOGGER_PHOTO_ID_5285746804416015890" style="DISPLAY: block; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 320px; CURSOR: hand; HEIGHT: 213px; TEXT-ALIGN: center" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhs-ZGGcpmfUs6W-lLkD8PEW2bA_4mXBGL3DYm4S9O-vzxSkPtODXEvnPSDmn80gJkubHtkYHjfqSDh-c5UwoH6uVH46STY8_pgzukJ_zjEKv7o43jcBb7KptqRMLuIzD4PDucauLU2ukQ/s320/cuestion4.jpg" border="0" />por recodificar un paisaje emblemático en la historia del cine se quedará en quimera absurda, simple aplicación de barniz a ensamblajes más discretos que fascinantes, hábil receta con que endosar trayectos de siempre y pretender dotarlos de un halo mítico que pocos obtienen.</div><div> </div><div></div><div></div>Cabe reservar un último suspiro hacia Edward Norton, el mejor y más dotado actor de su generación, quien vuelve a demostrar sabiduría y elegancia dando cuerpo, voz, presencia serena al honesto defensor de la ley cuyos principios se ven amenazados desde la tripas de su propia familia. Puede que sea lo más lucido, el pivote auténticamente revelador en un título que no aporta algo distinto a la nutriente bandeja de encrucijadas laborales y afectivas, íntimos choques contra el rostro cetrino de la corrupción mejor precintados de lo que un equipaje meramente formulario podría merecer.Unknownnoreply@blogger.com0